En imágenes difundidas por la agencia Reuters, se observa al cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo y máxima autoridad interina del Vaticano, supervisando el acto. Un empleado de la Santa Sede colocó una cinta roja sobre la puerta de la residencia papal, la ató cuidadosamente y luego aplicó un sello de cera sobre ella. Farrell verificó el sello y se aseguró de que la puerta quedara debidamente cerrada.
Esta ceremonia, cargada de simbolismo, tiene raíces históricas: antiguamente, buscaba evitar saqueos en la residencia papal. Hoy, representa oficialmente el cierre de una etapa en la Iglesia Católica y da paso a los preparativos para el próximo cónclave.
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