El 14 de abril se oficializó la ratificación del acuerdo comercial entre Brasil y Palestina, firmado en 2011 pero suspendido hasta esa fecha, con su publicación en el Diario Oficial de la Unión. Brasil es el primero del Mercosur en dar este paso, lo que impulsa a los demás miembros del bloque a seguir su ejemplo, en particular Uruguay y Paraguay, ya que la Argentina de Milei ha manifestado su oposición. El acuerdo suprime los derechos de aduana, pero no incluye los productos militares, y permite las relaciones tanto con Hamas —que Brasil no reconoce como organización terrorista, a diferencia de Estados Unidos y la Unión Europea— como con la Autoridad Nacional Palestina.
La medida pone al gigante latinoamericano en desacuerdo con la política de bloqueo de Israel y lo distingue en el contexto internacional como uno de los países que apoyan activamente el comercio con Palestina. En 2024, Brasil exportó bienes por valor de unos 33 millones de dólares, principalmente carne de vacuno, e importó productos por valor de algo más de 300.000 dólares, sobre todo textiles y fruta.
La decisión de Lula de formalizar sus relaciones con Palestina va de la mano de su postura cada vez más tensa hacia Israel. De hecho, Brasil lleva retrasando desde mediados de enero la aprobación formal del nombramiento del nuevo embajador israelí Gali Dagan. En la segunda quincena de enero, Israel solicitó al Ministerio de Asuntos Exteriores brasileño el plácet, que es un procedimiento diplomático por el que el país anfitrión aprueba a un embajador antes de su nombramiento oficial. Gali Dagan, ex embajador en Colombia, dejó su puesto en Bogotá en junio del año pasado, después de que el presidente colombiano, Gustavo Petro, decidiera romper relaciones diplomáticas con Israel en respuesta a la guerra en la Franja de Gaza.
Las tensiones entre ambos países aumentaron después de que Lula comparara las acciones de Israel en Gaza con la Shoah, provocando duras reacciones de Israel y de la comunidad judía. Brasil retiró entonces a su embajador de Tel Aviv. En los últimos meses, ha habido numerosos ataques de Lula contra Israel, el último a finales de marzo, en el que condenó la muerte del palestino de 17 años con doble nacionalidad brasileña Walid Khaled Abdallah, fallecido en la prisión israelí de Megido. El Ministerio de Asuntos Exteriores brasileño, Itamaraty, convocó al embajador israelí pidiéndole información sobre el caso y la fecha exacta de la muerte. El hombre había sido detenido el 30 de septiembre en Cisjordania, donde vivía, acusado de agredir a soldados israelíes. Según Itamaraty, otros 11 palestinos con doble nacionalidad brasileña se encuentran actualmente en prisión en Israel.
Crece la alerta en el frente de Hezbollah en América Latina (REUTERS/Aziz Taher/Archivo)
Mientras tanto, también crece la alerta en el frente de Hezbollah en América Latina, empezando por Brasil. Según el canal saudí Al Hadath, que cita una fuente diplomática sudamericana, unos 400 comandantes de Hezbollah están abandonando el Líbano estos días. Entre los destinos confirmados figuran Brasil, Colombia, Venezuela y Ecuador. La mitad de ellos estaría ya en el continente sudamericano, mientras que se espera que los demás lleguen en los próximos días. La fuente explicó que la decisión de trasladar a los comandantes se debe al temor de que puedan convertirse en objetivos en caso de que se desmantele la estructura militar del grupo. Este movimiento estratégico se llevaría a cabo con discreción, con el objetivo de proteger a los dirigentes de la organización.
Ya se sabe que el grupo terrorista, financiado por Irán, está presente en zonas estratégicas como la Triple Frontera, es decir, el límite entre Brasil, Argentina y Paraguay, que con frecuencia figura en las investigaciones sobre narcotráfico y financiación ilícita. El gobierno libanés, recordamos, está intentando poner todas las armas bajo control estatal, proponiendo un desarme gradual a través del diálogo. El ejército ya ha empezado a destruir los túneles y arsenales del grupo. Hezbollah, sin embargo, se opone enérgicamente. Su líder, Mahmoud Qamati, ha declarado que el grupo no entregará sus armas y que se opondrá firmemente a cualquier intento de desarme. Esta situación aumenta la preocupación por la seguridad tanto en Oriente Próximo como en América Latina, donde la creciente presencia de miembros de la organización podría volver a provocar escenarios dramáticos como los dos atentados con bomba perpetrados en Buenos Aires (Argentina) en 1992 contra la embajada israelí y en 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). En los dos ataques murieron 115 personas y cientos resultaron heridas.
Mientras tanto, el antisemitismo en Brasil crece exponencialmente, con una aceleración significativa tras el atentado del 7 de octubre 2023 de Hamas contra el festival de música Supernova y el posterior conflicto entre Israel y la organización terrorista. El fenómeno se manifiesta principalmente en las redes sociales, sobre todo en X e Instagram, y afecta sobre todo a los estados de San Pablo, Río de Janeiro y Río Grande do Sul. El entorno online se ha convertido en el principal vehículo del odio antijudío, con un aumento de casi seis veces en las denuncias digitales. Las denuncias de antisemitismo en el gigante latinoamericano aumentaron un 350% entre 2022 y 2024. Así se desprende del Informe sobre Antisemitismo en Brasil, elaborado por la Federación Israelita del Estado de San Pablo (FISESP) y la Confederación Israelita de Brasil (CONIB), divulgado el 15 de abril. Los datos recogidos se refieren únicamente a las denuncias recibidas a través de los canales de las organizaciones, excluyendo las realizadas directamente a la policía. Los picos coinciden con acontecimientos bélicos o declaraciones políticas sobre el conflicto. Algunos casos pueden atribuirse a grupos extremistas externos, como el ISIS y la extrema derecha. Aunque el fenómeno es más evidente en Internet, los actos de vandalismo y las agresiones verbales también se producen en la realidad física, y las autoridades brasileñas están empezando a tratar el antisemitismo como una forma de racismo y, por tanto, como un delito grave. Las denuncias más comunes se refieren a actos de vandalismo, a menudo con pintadas nazis, seguidas de agresiones verbales, que han aumentado un 1.600% en dos años. Además, según un estudio global de la Liga Antidifamación (ADL), el 16% de los adultos de Brasil apoya el boicot a los productos israelíes, con un porcentaje mayor (24%) entre los jóvenes de 18 a 34 años. Las organizaciones judeo-brasileñas creen que esta cifra indica una mayor presencia de sentimientos antisemitas entre los jóvenes.
Foto de soldados israelíes (REUTERS/Avi Ohayon/Archivo)
Brasil también se ha convertido en un país de riesgo para los soldados israelíes de vacaciones en Brasil. En enero, la Fundación Hind Rajab (FHR) denunció al soldado israelí Yuval Vagdani, que se encontraba de vacaciones en el estado de Bahía, ante la justicia federal del país latinoamericano, acusándolo de crímenes de guerra en base a algunos de sus posts publicados en sus redes sociales. Según informó el sitio de noticias Metrópoles, el fundador y presidente de esta organización es Dyab Abou Jahjah, quien en una entrevista concedida al New York Times en 2003 declaró que se había “unido a la resistencia de Hezbollah contra Israel” y que había “recibido entrenamiento militar” del que dijo estar “aún muy orgulloso”. Un informe del Ministerio israelí de Diáspora y Antisemitismo, publicado el pasado enero y titulado “Desmontando el odio: la verdadera cara de la Fundación Hind Rajab”, indica que la organización se registró en Bélgica en septiembre de 2024. La fundación se centra en actividades legales contra presuntos crímenes de guerra cometidos por las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF). Según el informe, Dyab Abou Jahjah “elogiaba abiertamente a figuras vinculadas a organizaciones terroristas”. Incluso celebró los atentados del 11 de septiembre de 2001 como una “dulce venganza”. Durante la Operación Espadas de Hierro, la respuesta militar israelí al atentado del 7 de octubre de 2023, Jahjah demostró activamente su apoyo tanto a Hamás como a Hezbollah. En 2001, Jahjah fundó la Liga Árabe Europea (AEL), que fue multada por “publicar una viñeta que negaba el Holocausto en su sitio web en 2006”. La AEL fue disuelta en 2007. Un artículo publicado en noviembre de 2022 en Le Monde se refiere a la AEL como una “milicia islámica”.
El informe menciona también a Karim Hassoun, cofundador y secretario de la organización. “Elogió a Samir Kuntar, que llevó a cabo el brutal asesinato de la familia Haran en Nahariya en 1979. Hassoun también defendió públicamente a Hamás, condenando al grupo por no tomar más rehenes durante el conflicto aún en curso”, se lee en el documento. Según la información facilitada por funcionarios de seguridad israelíes al Jerusalem Post en febrero de 2025, Abou Jahjah está vinculado a través de lazos familiares y empresariales a varios actores designados como parte de la vasta red de financiación del terrorismo de Hezbollah. Según dicha información, Abou Jahjah también figura en la lista “No Fly” del gobierno estadounidense.
Al final, a pesar de que la juez brasileña Raquel Soares Chiarelli pidió que se investigaran posibles crímenes de guerra contra el militar Vagdani, la Policía Federal pidió a la Justicia que reconsiderara el caso. Vagdani, que fue uno de los supervivientes de la masacre del 7 de octubre durante el festival de música Supernova, se vio obligado a huir a Israel vía Argentina.