La vitamina D, conocida también como colecalciferol, no es una vitamina per se. Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición(SEEN), sería más acertado definirla como prohormona, pues se produce principalmente cuando la piel se expone a la luz solar y, posteriormente, se originan cambios en su estructura gracias al trabajo del hígado y el riñón.
Sea vitamina o prohormona, el colecalciferol desempeña un papel crucial en el organismo humano: no solo es esencial para la absorción del calcio, un mineral fundamental para la salud ósea, sino que también influye en el sistema nervioso, muscular e inmunitario.
Tener unos niveles adecuados de vitamina D se vuelve vital para mantener una buena salud. Según la SEEN, los valores óptimos de esta vitamina, medida a través de un análisis de sangre, deberían encontrarse por encima de los 30 nanogramos por mililitro (ng/mL), aunque otras fuentes apuntan a valores en un rango de 20 y 40 ng/mL.
Cuando las analíticas apuntan a niveles de vitamina D por debajo de los 10 ng/mL, se considera que hay un déficit de vitamina D.
Consecuencias de la falta de vitamina D
Un joven deportista experimenta dolor agudo en su rodilla. (Imagen ilustrativa Infobae)
La falta de vitamina D es un problema que puede afectar a personas de todas las edades, pero es especialmente preocupante en niños y adultos mayores, quienes son más vulnerables a las complicaciones asociadas.
Dado su papel en la absorción del calcio, las principales consecuencias de esta carencia repercuten en los huesos. La deficiencia de vitamina D puede derivar en condiciones severas como el raquitismo en niños o la osteomalacia en adultos, ambas relacionadas con el reblandecimiento de los huesos. Según advierten desde el Hospital Gregorio Marañón, esta carencia puede provocar deformidades óseas, fracturas frecuentes y una mayor propensión a caídas debido a la debilidad muscular y los calambres.
Síntomas de la falta de vitamina D
El cuerpo reacciona ante la deficiencia de esta vitamina de varias formas. Las principales señales que alertan de la falta de vitamina D son:
Sensación de fatiga y cansancio, debilidad muscular y dolor, tanto muscular como óseo. En algunas personas, la falta de vitamina D puede afectar a su estado de ánimo, hasta el punto de desarrollar depresión, ansiedad o insomnio. La falta de vitamina D hace que las personas sean más propensas a sufrir roturas y fracturas de huesos, debido a la pérdida progresiva de densidad ósea. La menor ingesta de vitamina D puede derivar en la aparición de problemas intestinales, problemas dentales o en presión arterial alta. Entre otros síntomas posibles de la carencia de vitamina D se pueden encontrar las caries y las gingivitis.
Cómo prevenir el déficit de vitamina D
Un estudio apunta a que una dieta baja en carbohidratos sería beneficiosa para adultos con diabetes tipo 1.
La SEEN señala que la principal fuente de vitamina D para el cuerpo humano es la exposición a la luz solar. La piel produce esta vitamina de manera natural cuando se expone a los rayos ultravioleta del sol.
Además de la luz solar, la dieta también juega un papel importante en la obtención de vitamina D. Alimentos como los huevos, las sardinas y el atún fresco son ricos en esta vitamina y pueden ayudar a mantener niveles adecuados. No obstante, en casos donde la exposición al sol y la dieta no sean suficientes, los suplementos de vitamina D se convierten en una alternativa necesaria para evitar deficiencias.
Fuente: https://www.infobae.com/america/