El pasado 9 de abril, Josef Fritzl cumplió 90 años. Conocido mundialmente como el “Monstruo de Amstetten”, su caso salió a la luz en 2008 cuando se descubrió que había mantenido a su hija, Elisabeth Fritzl, secuestrada en un sótano bajo su casa durante 24 años.
El cautiverio empezó en 1984, cuando Elisabeth cumplió 18 años. Su padre la engaño para que lo ayudara con una puerta en el sótano de su casa, en Amstetten, Austria, donde la drogó y la encerró en una celda subterránea que él mismo había construido.
Durante más de dos décadas, Elisabeth fue sometida a abusos sexuales continuos que dieron como resultado el nacimiento de hasta siete hijos, uno de los cuales murió poco después de nacer debido a la falta de atención médica, según relatan los informes judiciales.
Elisabeth fue llevada engañada a ese sótano donde estaría cautiva durante más de dos décadas. (Imagen: X)
Horror subterráneo: una vida marcada por el abuso y el aislamiento
El sótano fue el lugar donde se cometieron uno de los crímenes más atroces de la historia reciente. En aquel lugar, la joven Elisabeth vivió y dio a luz a tres hijos, que no tuvieron contacto con el mundo exterior, creciendo completamente aislados, sin acceso a luz natural ni a una vida normal.
La situación alcanzó un punto crítico en 2008, cuando Kerstin, una de las hijas, enfermó gravemente. Debido a su delicado estado de salud, Fritzl permitió que la joven fuera trasladada al hospital, lo que desencadenó una serie de eventos que llevaron al descubrimiento del secuestro.
El personal médico, al no encontrar antecedentes médicos ni explicaciones claras para el estado de Kerstin, comenzó a sospechar. Fue entonces cuando Elisabeth, en un acto de valentía, reveló la verdad sobre su cautiverio. Las autoridades registraron la casa de Fritzl y descubrieron el sótano, donde Elisabeth y tres de sus hijos habían vivido en condiciones de extremas.
El sótano donde vivía Elisabeth y sus hijos. (Imagen: X)
El papel de Rosemarie Fritzl, la madre de Elisabeth
Uno de los aspectos más destacados del caso fue el papel de Rosemarie Fritzl, esposa de Josef y madre de Elisabeth. Según los informes, el padre mantuvo una fachada de normalidad ante su esposa, convenciéndola de que Elisabeth había huido de casa para casarse con un hombre.
Su mujer no sabía nada, fue manipulada y engañada por su marido. Josef presentó a tres de los niños nacidos en cautiverio como abandonados por Elisabeth, lo que reforzó su red de mentiras mientras su esposa vivía ajena al horror que se desarrollaba bajo su propio techo.
Rosemarie Fritzl fue engañada por su marido y no supo nada de la situación de su hija. (Imagen: X)
¿Posible liberación?
En 2009, Josef Fritzl fue condenado a cadena perpetua por una serie de crímenes que incluían secuestro, abuso sexual, incesto, asesinato involuntario y trabajo esclavo.
Sin embargo, un tribunal austriaco ha tomado la decisión de permitir su traslado a una prisión convencional. Fritzl presentó la solicitud en enero de 2024, argumentando su avanzada edad y su diagnóstico de demencia como razones para un trato más indulgente.
Árbol genealógico de la familia Fritzl. (Imagen: X)
No obstante, Elisabeth Fritzl, quien ha reconstruido su vida bajo una nueva identidad, se opone rotundamente a cualquier intento de liberar a su padre. Para ella y sus hijos, el trauma sigue siendo una realidad constante, y la idea de que su padre pueda recibir un trato más favorable resulta inaceptable.
Por su parte, la sociedad austriaca, que observó con incredulidad y horror el desarrollo de este caso, ha dejado claro su rechazo a cualquier intento de liberar a Fritzl, argumentando que sus crímenes son tan aberrantes que su condena debería ser inamovible.