Por estos días, en la sede de la Juventus en Continassa, el regreso a las raíces del fútbol italiano se ha convertido en prioridad estratégica. Bajo la conducción del director deportivo Cristiano Giuntoli, el club de Turín proyecta un mercado de pases con sello nacional. En ese contexto, el nombre del delantero Mateo Retegui, argentino nacionalizado italiano y actual figura del Atalanta, aparece entre los objetivos principales para reforzar el ataque de cara a la temporada 2025-2026.
Retegui, de 25 años, lidera la tabla de goleadores de la Serie A con 23 tantos y es una de las revelaciones ofensivas de esta temporada. Su rendimiento en Bérgamo ha despertado el interés de varios equipos en el Viejo Continente, pero es la Juventus quien ha dado los primeros pasos para iniciar contactos. Según reportes de La Gazzetta dello Sport, el atacante formado en Boca Juniors y con pasos por Estudiantes y Tigre en Argentina, es considerado una alternativa directa a Victor Osimhen, el delantero nigeriano cedido por Napoli al Galatasaray y que también figura entre los deseos del club bianconero.
La posible salida de Dusan Vlahovic —quien no renovó su contrato, vigente hasta 2026, y podría ser transferido en el próximo verano europeo— obliga a la Juventus a contemplar varias incorporaciones ofensivas. Retegui, con su perfil físico, su capacidad para jugar de espaldas y su evolución en el juego sin balón, encaja en el esquema del nuevo entrenador Igor Tudor. Además, su condición de seleccionado nacional de Italia agrega un valor estratégico dentro de la política de reforzar el plantel con futbolistas azzurri.
El giro hacia el “made in Italy” representa un cambio de tendencia tras las últimas ventanas de transferencias. Entre el verano de 2024 y enero de 2025, Giuntoli había invertido más de 200 millones de euros en 13 fichajes, en su mayoría extranjeros. Solo Michele Di Gregorio (arquero procedente del Monza, por 18 millones) representó una incorporación nacional. En cambio, jugadores como Teun Koopmeiners (51,3 millones más bonus) y Llyod Kelly fueron apuestas internacionales.
Para el próximo mercado, la Juventus se orienta a una reestructuración con presencia italiana en todas las líneas. En el mediocampo, el objetivo prioritario es Sandro Tonali, actualmente en el Newcastle. Pese a su situación disciplinaria (estuvo suspendido por apuestas), el ex Milan es considerado una pieza clave para transformar el centro del campo de la Juventus. Su fichaje demandaría una inversión de entre 60 y 70 millones de euros, pero Giuntoli ya ha iniciado contactos con su entorno.
En ofensiva, además de Retegui, el club sigue de cerca a Lorenzo Lucca, delantero del Udinese con 12 goles en la temporada. La idea es sumar dos atacantes: uno en reemplazo de Vlahovic y otro para cubrir las posibles salidas de Kolo Muani —cedido por el PSG— y Arek Milik, quien no ha sumado minutos por lesión.
El interés por Retegui se inscribe también en una tendencia de rejuvenecimiento y nacionalización de la plantilla. En defensa, los dirigentes apuntan a Pietro Comuzzo (Fiorentina, nacido en 2005) y Giovanni Leoni (Parma, nacido en 2006), dos de los centrales italianos con mayor proyección. Juventus ya inició gestiones con ambos, en línea con una política que en el pasado reciente dio frutos con incorporaciones como Federico Chiesa o Nicolò Fagioli.
En ese escenario, el delantero ítalo-argentino surge como una de las posibles caras del nuevo ciclo en Turín. Luego de su irrupción en la selección italiana durante el ciclo de Roberto Mancini y su consolidación con Luciano Spalletti, Retegui se perfila como una pieza de presente y futuro en el fútbol europeo. Su llegada a la Juventus no solo reforzaría al equipo desde lo deportivo, sino que contribuiría a consolidar una identidad nacional que el club busca recuperar tras varios años de inversiones en el mercado internacional.