Tras el centro, la pelota da en el Toro, de 27 años. Kimmich la quiere rechazar luego de un rebote en su cuerpo, pero antes surgió el atacante campeón del mundo y bicampeón de América, para sacar un derechazo furibundo que batió al arquero Jonas Urbig. Su festejo desató una locura en la delegación local, empezando por el propio protagonista.
Es que el ex Racing gritó con vehemencia, mientras los abrazos y derrapes en el césped se multiplicaron alrededor. Luego se trepó al acrílico, volvió a gritar de cara al público y, trepado, giró y abrió los brazos, casi como posando para una foto para la posteridad.
Casi inmediatamente, a los 16 del complemento, Benjamin Pavard, de cabeza, anotó el 2-1 y parecía sentenciar la serie. Sin embargo, Eric Dier, de cabeza, firmó el 2-2 y volvió a inyectarle suspenso a la llave (en la ida, los italianos se habían impuesto 2-1 en Alemania). Lautaro terminó sufriendo desde el banco de suplentes. Es que el entrenador, Simone Inzaghi, decidió reemplazarlo a diez minutos del epílogo. Lo reemplazó Mehdi Taremi y la ovación bajó desde todos los rincones del estadio. El argentino se tomó el tiempo de aplaudir hacia todas las gradas antes de marcharse hacia el banco de suplentes.
Martínez también es un puntal del Neroazzurro en la Serie A, en la que es líder con 71 puntos, tres más que el Napoli, su escolta. En el Calcio, Lautaro sumó 12 tantos y está a nueve de Mateo Retegui, del Atalanta, el top scorer hasta el momento. El equipo también da batalla en la Copa Italia: se encuentra en semifinales (igualó 1-1 con el Milan en la ida y la vuelta se disputará el próximo miércoles 23 de abril).
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