Tiene 68 años, es ingeniero y a pesar de haber sufrido un robo millonario con destrozos y una impunidad alarmante por parte de los delincuentes, sabe mantener la calma y prudencia. El hombre, G.R., es una de las víctimas de robos sistemáticos que se vienen sucediendo en las fincas y casa de campo ubicadas sobre la ruta 51, en la localidad de El Encón, departamento Rosario de Lerma.
Es uno de los casos donde la víctima luego de haber sufrido el violento atraco, decidió investigar y recolectar numerosas pruebas que presentó primero en la dependencia policial correspondiente, y después en la Brigada de Investigaciones de Campo Quijano. ¿La respuesta? Hasta el momento no saben, no contestan.
“El último miércoles de marzo entraron a robar en mi finca. Tengo un alambrado olímpico que lo rompieron, forzaron la puerta de ingreso, doble hoja, se metieron y llevaron dos amoladoras, una grande y otra chica; riendas de desfiles con frenos cromados, riendas de uso diario con frenos nuevos, motoguadaña, escopeta –reliquia familiar-, correas gruesas, lazos y bozales de cuero y estribos redondos con sus respectivas correas todo de cuero, entre otros elementos”, apuntó.
La denuncia
De acuerdo a lo manifestado por G.R., en diálogo con El Tribuno, el hecho ocurrió durante la madrugada del 27 de marzo. El dueño de la finca salió del lugar el miércoles cerca de las 20 y regresó al día siguiente a las 14.15 aproximadamente.
G.R. se sorprendió, no por el robo en sí mismo dado que no es la primera vez que sufre dicho ilícito, sino porque esta vez el daño además de ser importante en cuanto a lo material también fue violento. Inmediatamente recorrió el lugar y observó huellas, indicios que hacen suponer entraron tres o cuatro personas, por lo menos.
“Por la cantidad de cosas que se llevaron fueron tres o cuatro, hice la denuncia vino la Policía y después enviaron a tres muchachos de la Brigada de Investigaciones de Quijano: un oficial y dos agentes. Se veía la huella por donde anduvieron”, sostuvo G.R.
“Después de charlar con los investigadores me dijeron que en uno o dos días se comunicarían conmigo para ir a la Brigada y darían inicio a una investigación, sin embargo hasta el momento no hubo más novedades”, contó el dueño de la finca, otra víctima de una zona que denominan “zona de nadie”.
Una zona que es “tierra de nadie”
En la edición del domingo 16 del corriente El Tribuno publicó una nota donde vecinos solicitan mayor seguridad en una zona donde consideran “tierra de nadie”, desde San Luis hasta la Silleta, por la ruta 51.
La inseguridad en la zona de San Luis, El Encón, Villa Lola y La Silleta alcanza niveles alarmantes, dejando a los vecinos en un estado de constante temor e incertidumbre. La falta de acción efectiva por parte de la policía ha convertido a esta región en un verdadero “corralón” para delincuentes, quienes actúan con total impunidad y a plena luz del día.
Ofrecían lo sustraído por Whatsapp
G.R. conoce la zona desde hace 20 años, tras recorrer el campo y hablar con la gente logró recolectar pruebas, entre ellas imágenes de un grupo de la red social Whatsapp donde ponen a la venta distintos objetos, un tal ´Garsa´ vende montura completa”, explicó.
La captura de Whatsapp, una de las pruebas.
En esa imagen el hombre observó que habían varios elementos de su propiedad, denunciados hacía algunas semanas. “Recolecté varias pruebas, capturas de Whatsapp y hasta los nombres de los posibles ladrones y es llamativa la inacción pese a tener todo para ir tras ellos”.
G.R. habló con el comisario de la Brigada quien le aseguró llevar a cabo una investigación que naturalmente debería seguir su curso normal, con eficiencia y en busca de la verdad. Sin embargo, nada de eso pasó hasta el momento y mientras los objetos sustraídos se ofrecen en grupos de Whatsapp, el damnificado espera una respuesta de la justicia.
“Industria del choreo”
A G.R. le llama mucho la atención la desidia que hasta el momento mostraron los organismos, auxiliares de justicia, a pesar de haber recibido hasta los nombres de los posibles ladrones. “Me llama la atención porque les estoy dando todo”, expresó.
“Sospecho que son bandas que a esta altura han conformado una industria del choreo en la zona, y quienes deben velar por la seguridad no están actuando bien, por lo menos un sector”, agregó la víctima que sospecha que las organizaciones dedicadas a robar en la zona de alguna manera incentivan a cierto sector de la Policía. “Nunca encuentran nada”.
En la zona aseguran que no hay “ningún vecino que no haya sufrido al menos un robo”, dato no menor que sigue prendiendo alarmas en materia de seguridad en la provincia. “No creo que no haya alguna casa de fin de semana en la zona que no haya sido robada”, sostuvo G.R.