Lo que plantea Marcelo Gallardo no es nuevo: desde hace por lo menos un año y medio que River intenta ampliar el abanico de opciones para llegar al gol más allá de Miguel Ángel Borja. La subordinación que tiene el equipo a los gritos del colombiano es un problema. Lo sería en cualquier caso con cualquier delantero, pero particularmente lo es con Borja: River no es Messidependiente como fue durante muchos años la Selección, no es siquiera Juliándependiente como fue hacia el final del primer ciclo del Muñeco, sino que delega el gol en un futbolista que oscila entre rachas muy buenas y otras muy malas, un tipo que no es una garantía en términos de juego y que, de hecho, no lo es en los partidos importantes, algo que sufrió el CARP en ya muchos duelos decisivos… Leer más.
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