El viceintendente de Córdoba envuelto en una polémica por los contratados en el Concejo

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Los extracomunitarios que el gobernador cordobés Martín Llaryora sumó al oficialismo provincial quedaron en el foco de la tormenta en cuestión de semanas y por un motivo bastante similar. La vicegobernadora, la radical Myrian Prunotto; y el viceintendente de la capital cordobesa, el expresidente del PRO, Javier Pretto, debieron dar explicaciones en los últimos días por la cantidad de contratados en la Legislatura provincial y el Concejo Deliberante, respectivamente.

Ambos, a partir de esto, apuntados y resistidos aún con más fuerza en el último tiempo por el PJ duro que rechaza la idea de Partido Cordobés que pregona Llaryora y expuso al oficialismo a los dos escándalos de las últimas semanas. Porque a Prunotto le facturan la demora en reconocer los contratados y cuántas personas trabajan en la Legislatura, a partir del escándalo que expuso Guillermo Kraisman, el dirigente de la bondiola que en el verano reincidió en su conducta cuando quiso cobrar el sueldo con un DNI que pertenecía a una mujer que, durante un puñado de días trabajó en la Unicameral, pero que no estaba con él en ese momento.

Este hecho en pleno enero desató un tembladeral en el cordobesismo que se expuso con más fuerza cuando la vicegobernadora Prunotto partió a Miami y Nueva York en viaje de placer con el tema en ebullición y con varios peronistas al frente de las explicaciones sobre quién, cómo y a qué bloque pertenecía la contratada por la que Kraisman quiso cobrar casi un millón de pesos.

Ahora, tras la publicación de los datos de la Legislatura, a raíz de un amparo presentado por el diario La Voz del Interior en la Justicia provincial, la mira se puso en el otro extrapartidario, el exmacrista Pretto. Quien, en una entrevista el viernes pasado al ser consultado sobre cuántos contratados tiene el Concejo y cómo se financia el cuerpo, dijo que “había becas de distintos montos” y que “son gente que colabora con los concejales y es como se financia la política, cómo se transparenta”, dijo en Radio Mitre Córdoba. Antes de dar a conocer este martes una nómina de casi 700 personas que cobran del Concejo.

Ambos hechos desataron una verdadera crisis en la coalición que gobierna la Ciudad y la provincia de Córdoba. Sobre todo, con el fuerte enojo de aquellos que hace rato pusieron la mira en Prunotto y en Pretto, a quienes se evaluaba como posibles candidatos a la intendencia en 2027; y antes, a ella, como una potable candidata a diputada nacional este 2025.

Algo que incluso, antes de la tormenta, descartaron los propios llaryoristas, aconsejados por la posibilidad de algún salto de bancada en la Cámara baja.

Ahora, Pretto quedó en el foco del conflicto y le suma un roce más a los varios que el viceintendente tiene desde hace meses con integrantes del bloque del oficialismo. Cruces que hace semanas se plasmaron en el chat de WhatsApp del oficialismo ante una convocatoria a un asado que invitó el propio Pretto y donde uno de los comensales era el reconocido empresario cordobés, Euclides ‘Tati’ Bugliotti.

Además, al viceintendente también le apuntan el nombramiento de Fernando Duhalde en el Concejo Deliberante, dentro de la dirección de Asuntos Legales. Duhalde es amigo de Nicolás, el hijo de Pretto, y está apuntado por la creación de la empresa Aires del Mediterráneo, una firma creada el 28 de julio del 2023, a días de la victoria de Passerini sobre el radical Rodrigo de Loredo por la intendencia capitalina.

De acuerdo con una denuncia que dio a conocer la cuenta de X, @ContribuyenteR, y de la que se agarró el bullrichista Sebastián García Díaz, paradójicamente, con sueldo de asesor en el Senado como parte de la tropa de la senadora del PRO, Carmen Álvarez Rivero.

Aires del Mediterráneo SAS tiene un detalle amplio en el objeto social que se dio a conocer en la publicación en el Boletín Oficial que va desde obra pública hasta transporte nacional e internacional de cargas, pasando por la realización de operaciones financieras en todos los medios autorizados para publicitar.

Así, el capítulo de los contratados en los poderes legislativos controlados por dos aliados que sumó Llaryora al Partido Cordobés desató una crisis impensada en el arranque del año electoral y con una espuma que subió en el verano, pero aún no logran controlar.

Fuente: https://www.lapoliticaonline.com

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