El sábado pasado se rompió la silla motorizada de Juana, imprescindible para su vida diaria. En ella sale a la calle, hace sus compras, pasea a su perro, anda.
Juana tiene 58 años y está jubilada por su discapacidad motriz: un problema en su columna vertebral le impide caminar. Tampoco tiene suficiente fuerza en sus brazos: una vecina le quiso prestar una silla de ruedas común, pero ella no puede trasladarse sola.
Tal vez no saben cómo se llama, pero todos la conocen y saben de su amor por las mascotas. Siempre está dispuesta a ofrecer su casa como hogar de tránsito para perritos o gatos que necesitan ser adoptados.
Por eso, en tiempo récord sus vecinos hicieron una colecta para cubrir el gasto de reparación del motor de su silla: juntaron 1 millón de pesos en 48 horas y activaron el arreglo en Ortopedia Belgrano.
El motor ya está en reparación y pronto Juana podrá volver a recorrer las calles de Parque Chas.
Fuente: https://salta.telefe.com/redes