Para la protesta del próximo miércoles, en la víspera del paro general del jueves, los dirigentes Julio Piumato y Maia Volcovinsky (sindicalistas judiciales que son cosecretarios de Derechos Humanos de la CGT), junto al líder de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Alejandro “Peluca” Gramajo, hicieron un pedido de dictado de una medida cautelar para “intimar al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a coordinar y conducir un operativo de seguridad para la movilización” y para que se “delimite en forma previa y concreta los denominados ‘objetivos federales’ cuya custodia estará a cargo de las fuerzas federales, restringiendo su jurisdicción al cuidado de los mismos y no al ejido urbano circundante”.
En el pedido, los representantes gremiales subrayaron que las fuerzas federales que conduce Patricia Bullrich actuaron “de forma ilegal, frente al ejercicio del derecho constitucional de protesta”. En esa línea, enfatizaron que en la marcha del 12 de marzo, en la que resultó herido el fotógrafo Pablo Grillo y fueron detenidas 114 personas, se produjeron hechos de represión por parte de las fuerzas federales “sin contar con una autorización para ello” y que se produjeron fuera de los límites del Congreso, por lo que excedieron su papel de custodia del lugar.
Gallardo ordenó a la Ciudad que, “en el contexto de la movilización masiva convocada para el miércoles en las inmediaciones del Congreso, despliegue, organice, planifique y ejecute -todo de manera autónoma- el operativo de seguridad que simultáneamente garantice el orden público y el pleno ejercicio de los derechos constitucionales de quienes asistan”.
El juez Gallardo pidió a Patricia Bullrich que se “abstenga” de intervenir en el operativo de la marcha de jubilados
En su fallo, el juez le indicó a la cartera que conduce Patricia Bullrich que “se abstenga de intervenir e interferir en la autonomía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en lo que a seguridad pública respecta, más allá de los límites legales de protección de intereses federales”. Indicó que su decisión debe ser informada a la Policía Federal, la Gendarmería Nacional, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Prefectura Naval.
“El riesgo invocado -lesión a la integridad física, a la libertad de expresión y al derecho de reunión, sopesado en la opresión de la autonomía de la CABA- no es meramente conjetural ni hipotético, sino que encuentra sustento en hechos pasados verificables y, posiblemente, futuros”, subrayó.
En esa línea, argumentó: “En los últimos meses, varias manifestaciones en las inmediaciones del Congreso de la Nación han resultado en intervenciones de las fuerzas federales de seguridad, derivando en situaciones de violencia, conflicto y caos”.
Gallardo afirmó que existe una “preocupante actitud avasalladora y excesiva” de las fuerzas de seguridad federales. Y remarcó que “en las concentraciones realizadas con anterioridad, se evidenció que el despliegue de las fuerzas federales en el ámbito de esta ciudad se extendió por arterias que se alejaban notoriamente de las inmediaciones de los edificios donde tienen asiento poderes federales (por el Congreso)”.