Ana Guillot: “Teuco Castilla es un punto de referencia para muchos desde el arrobamiento y la maravilla”

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Ana Guillot está muy relacionada con el mundo de la palabra; es profesora en Letras, coordina talleres literarios, ha publicado ensayos, poesía y también narrativa. Y este 2025 lo transita con “Leopoldo ‘Teuco’ Castilla. Magia y metafísica, silencio y deslumbramiento”, un libro muy especial para ella, ya que en él dialoga con la obra del poeta salteño.

Ana Guillot está muy relacionada con el mundo de la palabra; es profesora en Letras, coordina talleres literarios, ha publicado ensayos, poesía y también narrativa. Y este 2025 lo transita con “Leopoldo ‘Teuco’ Castilla. Magia y metafísica, silencio y deslumbramiento”, un libro muy especial para ella, ya que en él dialoga con la obra del poeta salteño.

“Nos conocemos desde hace muchos años y se fue dando una amistad muy entrañable”, contó en el comienzo de la charla con El Tribuno. “De todas maneras, no fui yo la que elegí hacer el libro, me lo encomendó la Fundación Argentina para la Poesía, me llamó Osvaldo Rossi. Están haciendo autores por décadas, autores importantes”, agregó.

Cómo fue…

Osvaldo me llamó y me dijo: “Estuvimos pensando en la Fundación que, porque lo conocés y lo querés, sos la más indicada para hacer el libro de Teuco”. Yo estaba feliz. El Teuco es para leer, quedarse con su vibración, con su hondura y con su belleza. Y es muy difícil porque, encima, nos queremos. Y pensaba, doble lío, porque llegar al hueso de Teuco, llegar a esa parte increíble que tiene… Y, por otro lado, que le guste a él. Además, escribió mucho, y yo soy profesora en Letras y escribo y soy muy rigurosa en la crítica o el ensayo, así que me leí prácticamente todo. Ya lo había leído mucho, pero salteado… Y también hay una dificultad, que a su vez es maravillosa, que él arma libros como mamushkas, Por ejemplo en “Gong” hay tres libros… Estuve leyendo y escribiendo durante dos años. Me causaba mucho compromiso ver qué podía yo decir de él. Quería que fuera un libro serio, pensado, pero no académico. Había que encontrar un término medio y eso me parecía difícil. Hasta que fue llegando, el universo fue mandando información y empecé a escribir. Y terminé, y ahí surgió la maravilla, porque le conté a Teuco que había terminado. A los diez minutos me dijo quiero leerlo. Como a la hora y media, yo estaba cenando con unos amigos, me grabó un WhatsApp tan hermoso y tan agradecido que yo dije, ya está, ya cumplí. Ahora, si él es feliz con este libro, salgo al mundo con el libro tranquila…

Escribís que su poesía es expansiva e inasible, y “deslumbramiento” está en el título junto con magia y metafísica…

Magia porque él es como un chamán, ¿no? Que saca de la galera mucho más que un conejo. Saca un universo entero. Está todo lo biológico con la metafísica que también está en el título. A ver, es que lo uno está en lo múltiple y, viceversa, lo múltiple está en lo uno, como dice en el Kybalion. Todas son palabras poéticas. Porque uno lo puede decir teóricamente y hay libros de metafísica que hablan de ese modo, con una aliteración o con algún recurso poético es más difícil. Además, le pasan cosas raras, y se las merece. Y yo creo que ahí hay alguien que tiene una conexión con la Pachamama y con el cielo, con todo lo uránico, muy fuerte. Metafísica, por lo que te digo, porque nos lleva como a pensar de qué estamos hechos, incluso pregunta él, ¿no? ¿Qué somos? ¿Somos agua mirando agua? ¿Qué somos en realidad? Se llega al final del verso y ahí se arma un silencio y te deja… Hay un silencio que no es palabra callada, sino silencio revelador. No hay una palabra que termina en un punto, y listo. No, no. Ahí hay un silencio y algo vibra en nosotros, se mueve en nosotros. Y no es solo me deslumbra, cómo me gusta. No, no, no. Nos lleva hacia un lugar que suponemos es la parte más esencial también de nosotros mismos…

Nos lleva a pensar de qué estamos hechos, incluso pregunta ¿qué somos? ¿Somos agua mirando agua?”.

Decís nos lleva, y el Teuco viajó mucho, conoció muchas culturas…

Primero, a mí el tema del viaje me toca mucho, me parece que todos somos viajeros en este mundo. Viajemos o no físicamente, estemos en un lugar raro o vayamos, como hizo Teuco, al mundo. Viajamos a nuestro interior… lo ideal sería hacia lo mejor de nosotros mismos, pero es difícil. Conociendo, vamos teniendo las experiencias de Ulises, ¿no? Partiendo de la base de que todos somos viajeros y encima él viajó y conoció tantas culturas, las tocó, las vivenció. Y es viajero interior porque… es como que lo escucho: “Yo de noche escucho palabras, y después las vuelco en el papel, me sale esto”. Es maravilloso. Y él es así.

Muchos lo consideran dentro de la generación del 60 en términos literarios, ¿dónde lo situás?

Si bien quise incluir su prosa, porque creo que un libro debe señalar que también este enorme poeta ha escrito narrativa, me parece también importante justamente por eso, porque es una generación que fue castigada, diezmada. Como él, muchos tuvieron que irse, entonces me parece también como bastante natural que se lo asocie a esa generación. Pero creo que ni siquiera en su poesía él se detiene en eso de situarse, su poesía excede cualquier movimiento, cualquier generación. Te diría que su escritura es absolutamente universal y estrictamente necesaria.

“Me parece que es un poeta ineludible, que debemos llegar a él todos los que escribimos y, por supuesto, los que no escriben también…”.

¿Van a presentar el libro en Salta?

Sí, sí estamos pensando en presentarlo en la Casa de Salta, aquí en Buenos Aires, cuando Teuco se mejore de salud… Hay también un festival de poesía importante, el Festival Internacional de Poesía de Salta, al que me invitaron el año pasado, pero al que no pude viajar. Pero este año sí voy a estar, es cerca de noviembre. Y, a lo mejor, allí también lo presentemos.

Hablando de Salta, por aquí por mucho tiempo, el Teuco fue el hijo de Manuel J. Castilla. Te diría que esa era la referencia…

Para mí siempre fue el Teuco el protagonista, y ese es el nombre de la colección, precisamente, porque lo conocí, nos hicimos amigos y leímos juntos varias veces en encuentros nacionales e internacionales, y sabiendo aún quién es su papá… Para mí Manuel es el papá del Teuco. Es exactamente al revés, porque nuestra amistad se dio así, valoro enormemente a Manuel Castilla, amo su poema “El Gozante”, que me parece un enorme hallazgo, una gran maravilla. Porque, en general, los poetas escribimos desde el dolor o cercanos a lo que nos conmueve, que parece que siempre es lo más doloroso, y él logra semejante poema hablando de la dicha y del gozo, me parece absolutamente un grande… Pero, para mí, la referencia es Teuco y Manuel es su papá. Sí me ha pasado alguna vez, de gente que no está en la literatura, preguntarles “¿leíste alguna vez al Teuco Castilla?” Entonces, decirle que es el hijo de Manuel Castilla, el folclorista, y ahí sí, por ahí situarlo. Me parece natural, se me ocurre ahora, que eso pase en Salta porque ustedes son de ahí y es como que las distintas generaciones los han visto nacer y crecer. Pero para mí, te repito, es al revés: Manuel es el papá del Teuco.

Su poesía excede cualquier movimiento, generación… Te diría que su escritura es universal y estrictamente necesaria”.

¿Cómo se dio la estructura del libro?

En general la estructura de esta colección es bastante pareja en todos. Es decir, miré los libros de otros que ya se habían escrito, y vi que había distintos criterios. Algunos hacían más una especie de antología, otros explicaban más, otros menos… Pero la estructura me surge a mí, un poco mirando y tratando de no salirme de lo que la Fundación quería y otro poco pensando que fuera útil para el lector. De hecho, yo les pedí que me permitieran hacer como la síntesis de todos sus libros adelante de todo. Por esto que te decía de que son como mamushkas, hay libros que salieron sueltos y después se integraron a otro libro… Por ejemplo “Gong” contiene como tres de sus libros anteriores. Y, finalmente, Rossi dijo que sí, que bueno, que le parecía bien. Así que la estructura salió también por la admiración que tengo por él.

¿Y por qué Castilla en una colección como esta?

Esa no es una pregunta para mí, sería para Lidia Vinciguerra o para Osvaldo Rossi, que dirige la colección. Pero me parece absolutamente inevitable que haya sido así. Me parece que no hubiera sido lógico que no lo incluyeran. Creo que es uno de los grandes protagonistas. Ellos, en las colecciones, van por generaciones, y me parece que es uno de los grandes protagonistas, sin dudas. Junto a Leonardo Martínez, junto a Juan García Gayo, a Héctor Miguel Ángeli, todos han sido maestros para los que los miramos con verdadero asombro y con verdadera admiración. Así que creo que él… era cantado que tenía que tener ese lugar.

¿Qué lugar ocupa la poesía del Teuco?

Yo he ido a distintos encuentros en diversos lugares, y lo conocen en todo el mundo. En Europa, estuvo en muchos lugares, y aparte es invitado constantemente. Me parece que es un poeta ineludible, que debemos llegar a él todos los que escribimos y, por supuesto, los que no escriben también, para ese gozo del que habla el padre, como puros gozantes. Teuco Castilla es conocido internacionalmente, es valorado internacionalmente, es un punto de referencia para muchos y, quiero ser muy clara en esto, un punto de referencia desde el arrobamiento y la maravilla, porque yo creo que a ninguno se nos ocurriría intentar copiarlo, porque es imposible, porque es único. Creo que esa es la respuesta más intensa que puedo darte sobre el lugar que considero tiene Teuco.

Aproximaciones

Ana Guillot nació en Buenos Aires, es profesora en Letras, coordina talleres y dicta seminarios de literatura, mitología y literatura oral. Publicó “El taller de escritura en el ámbito escolar” y “¿Querés que te cuente el cuento?”. Como poeta: “Mientras duerme el inocente”, “Los posibles espacios”, entre otros. En 2021, el poemario “Taco de reina”.

Como narradora, publicó la novela “Chacana” (Perú, 2012; Buenos Aires, 2023). En 2014, “Buscando el final feliz (hacia una nueva lectura de los cuentos maravillosos)”. Participó de encuentros en el país y en el exterior. Su obra ha sido traducida al inglés, catalán, árabe, alemán, italiano, polaco, portugués y francés.

En “Aproximación al autor”, en el libro sobre Teuco Castilla, Ana Guillot escribe: “Entrar a su universo y deslumbrarse. Ver cómo la semilla comienza a ser pájaro y se funde en la nube, que es líquida, y entonces se hace humana y luego lluvia, o cauce o derrumbe. Dejarse llevar todo el tiempo (si es que existe el tiempo) por una cosmología abierta a cualquier pregunta o incitación. (…) La poesía de Leopoldo Teuco Castilla parece (¿es?) inasible. Como la luz, ella se expande en cada uno de sus libros, los prolifera; pero también se escapa: está, la vemos, nos emociona, nos asombra aunque parezca imposible adueñarse totalmente de ella. Y qué suerte”.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales