El Acuerdo Comercial Interino (ATI) entre la Unión Europea (UE) y Chile comenzó a regir, con el objetivo de potenciar la competitividad de las empresas de ambos países. La Comisión Europea (CE) comunicó que este pacto de relevancia geopolítica permitirá una cooperación estrecha entre ambos socios para afrontar desafíos globales como la reducción de riesgos en las cadenas de suministro y la lucha contra el cambio climático.
Este acuerdo profundiza la relación bilateral en comercio e inversión y busca garantizar un marco equitativo de competencia. Además, la Comisión Europea destacó que facilitará la eliminación de aranceles en el 99,9% de las exportaciones europeas y favorecerá el acceso a materias primas críticas como el litio y el cobre, fundamentales para la transición hacia una economía verde. También promoverá la inversión en sectores estratégicos y fortalecerá la seguridad económica en un contexto global incierto.
Un acuerdo con impacto en comercio y sostenibilidad
El pacto refuerza la asociación estratégica entre la UE y Chile, con valores compartidos, como el comercio sostenible, en el centro de las relaciones bilaterales. Según la CE, las empresas de ambos territorios encontrarán beneficios inmediatos, como el acceso preferencial a mercados y la creación de nuevas oportunidades, especialmente para las pequeñas y medianas empresas.
El comisario de Comercio y Seguridad Económica de la UE, Maroš Šefčovič, subrayó la relevancia de la alianza: “Chile es el tercer mayor socio comercial de la UE en América Latina y estoy seguro de que los operadores económicos de ambas partes podrán beneficiarse de este acuerdo desde el primer día. Nos ayudará a diversificar nuestras cadenas de suministro, al tiempo que creará nuevas oportunidades para nuestras empresas, incluidas las pymes”, aseguró.
Además, el acuerdo incorpora medidas de sostenibilidad y cooperación en políticas ambientales. Se espera que fomente el desarrollo de energías limpias y promueva la transición hacia una economía más sostenible.
Acceso a materias primas clave para y sectores estratégicos
Uno de los puntos destacados del acuerdo es el acceso facilitado a materias primas críticas y combustibles limpios. La UE podrá obtener de manera más eficiente recursos como el litio y el cobre, esenciales para el desarrollo de tecnologías sostenibles. Asimismo, se espera un incremento en la inversión en energías limpias, como el hidrógeno, promoviendo así una transición acelerada hacia una economía baja en carbono.
El ATI también mejora el acceso de empresas europeas al mercado chileno en sectores clave como telecomunicaciones, transporte marítimo, servicios financieros y logística. Las compañías europeas podrán ofrecer sus servicios en condiciones equiparables a las de las empresas locales, lo que abre nuevas oportunidades de crecimiento en la quinta economía más grande de América Latina.
La UE podrá obtener de manera más eficiente recursos como el litio y el cobre, esenciales para el desarrollo de tecnologías sostenibles (Foto: Shutterstock)
El acuerdo también otorga un marco legal más estable para las inversiones, garantizando que los inversores de la UE en Chile reciban el mismo trato que los inversores chilenos. Esto contribuirá a incrementar el flujo de capital extranjero y a fomentar la modernización de la infraestructura y tecnología en sectores estratégicos.
Un proceso de modernización en curso
La UE y Chile iniciaron negociaciones en 2017 para modernizar su Acuerdo de Asociación, vigente desde 2003. Luego de años de diálogo, las partes alcanzaron un acuerdo en diciembre de 2022 y firmaron el ATI en diciembre de 2023. La entrada en vigor de este instrumento es un paso previo a la implementación del Acuerdo Marco Avanzado (AFA), que reemplazará al ATI cuando todos los Estados miembros de la UE completen sus respectivos procesos de ratificación.
El ATI representa un hito en la relación comercial entre la UE y Chile, proporcionando ventajas estratégicas en comercio, inversión y acceso a recursos clave. En un contexto de incertidumbre global, el acuerdo refuerza la seguridad económica y afianza la cooperación entre ambas regiones en materia de desarrollo sostenible. Su implementación marca el inicio de una etapa de mayor integración económica y colaboración entre ambas partes, con el potencial de generar impactos positivos a largo plazo en múltiples sectores productivos.