Fósiles en la historia de la vida de Salta

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Salta alberga fósiles de los últimos 600 millones de años, desde el Proterozoico hasta el Cuaternario. El objeto más antiguo encontrado en Salta no es un fósil sino un cristal de zircón de los Nevados de Cachi con una antigüedad de 3.446 millones de años. Unos mil millones de años más joven que la propia edad de la Tierra.

Salta alberga fósiles de los últimos 600 millones de años, desde el Proterozoico hasta el Cuaternario. El objeto más antiguo encontrado en Salta no es un fósil sino un cristal de zircón de los Nevados de Cachi con una antigüedad de 3.446 millones de años. Unos mil millones de años más joven que la propia edad de la Tierra.

Ese cristal, proveniente de los antiguos cratones de Brasil, se depositó en sedimentos de un fondo oceánico hoy convertido en rocas lajosas grises y que forman muchos de los núcleos de las montañas de la Cordillera Oriental. Esas rocas reciben el nombre de Complejo Puncoviscana y albergan una amplísima variedad de trazas fósiles formadas mayormente por gusanos de cuerpos blandos. Son trascendentales para entender la evolución de la vida en el planeta. Comprenden el paso entre el Proterozoico y el Fanerozoico. Allí va a surgir el primer rudimento de columna vertebral, una estructura que arma el esqueleto bilateral de las faunas actuales y del hombre.

Son tiempos de grandes cambios. El planeta se convierte en una bola helada de polo a polo. Surgen las faunas de Ediacara, unos cuerpos globosos que se mantenían adheridos a un tapiz bacteriano y se alimentaban de la química oceánica. No existía entonces la relación predador-presa. Era el “Edén Precámbrico”, el reino Vendobionta como lo definió Adolf Seilacher, un paleontólogo alemán que estuvo muchas veces estudiando esas rocas antiguas de Salta. Luego aparecen los ya mentados gusanos que divagan por la superficie del fondo oceánico dejando sus marcas que se han conservado como trazas fósiles. Es curioso ver como los más antiguos van por el lodo marino alimentándose y excretando, pasando una y otra vez por los mismos lugares. Sus trazas son como rulos que se entrecruzan. Luego aprenden de ese error y generan movimientos donde evitan pasar por los lugares donde ya pasaron antes.

Esto está registrado en las rocas salteñas del límite Precámbrico-Cámbrico y constituye un primer paso en la larga evolución de la vida. En Salta se ha encontrado una increíble cantidad y variedad de esas trazas fósiles dejadas en los fondos oceánicos en aquellos remotos tiempos. Incluso algunas de un tamaño que no condice con formas de vida conocidas en el planeta para aquella época geológica y que están bajo estudio. Una de las trazas, Nereites saltensis, hace referencia a Salta.

Trilobites y otros

El registro fósil más completo se encuentra en las rocas del Paleozoico inferior, más precisamente del Ordovícico. Nuestras montañas están pletóricas de invertebrados fósiles de esa época, especialmente trilobites, graptolitos y braquiópodos articulados e inarticulados. Esos fósiles fueron descubiertos en la década de 1870 y los primeros se enviaron a Alemania donde los estudió Emanuel Kayser. Entre los trilobites destaca el Sanbernardaspis pigacantha que toma el nombre de su lugar de hallazgo: el cerro San Bernardo. Son famosos también los trilobites de Pascha que aparecen dentro de concreciones marinas. Muchos de los fósiles provienen de concentraciones de conchillas en antiguas playas marinas conocidas como coquinas. Los ríos de Salta están llenos de rodados de esas coquinas que son verdaderos tesoros paleontológicos por la variedad y cantidad de fósiles que contienen. En uno de esos rodados se encontró recientemente unas placas que probablemente pertenecen a peces acorazados muy antiguos. Más antiguos incluso que los famosos Sacabambaspis de Bolivia.

También en Salta se han encontrado plantas del periodo Silúrico, las cooksonias, que son las plantas más antiguas del mundo. Antes se las había encontrado en Bolivia en rocas de la misma edad. Si bien el perfil geológico más completo de América del Sur se encuentra en la Sierra de Zenta, entre Humahuaca y Orán, no tenemos bien representados algunos periodos y faltan completamente otros. Por ejemplo, el Triásico y el Jurásico. Sin embargo, Salta cuenta con una extraordinaria exposición de rocas pertenecientes al periodo Cretácico donde se han encontrado abundantes fósiles. Ellos provienen especialmente de tres formaciones como son las capas lacustres de la Formación Las Curtiembres en la ruta 68 a la altura de Puente Morales; la Formación Lecho en El Brete, departamento La Candelaria; y la Formación Yacoraite distribuida ampliamente en el norte argentino. Las capas de Puente Morales son famosas por sus ranas fósiles que llevan el nombre de Salta: Saltenia ibañezi. Se han encontrado además restos de aves enantiornites (Intiornis), dinosaurios terópodos, tortugas, insectos, peces y plantas.

El Brete constituye uno de los hallazgos paleontológicos más importantes del país. En la década de 1970 se descubrieron allí abundantes restos de dinosaurios y las primeras aves enantiornites a nivel mundial. Entre los dinosaurios se cuenta el saurópodo titanosaurio Saltasaurus loricatus, que lleva el nombre de Salta y es famoso a escala global, acompañado del terópodo Noasaurus leali (que toma su nombre del Noroeste argentino) y aves enantiornites con distintos hábitos como zancudas (Lectavis bretincola), buceadoras (Yungavolucris brevipedalis), voladoras de gran tamaño (Enantiornis leali) y raptoras (Soroavisaurus australis).

El paraíso Yacoraite

La Formación Yacoraite pertenece al Cretácico superior y se depositó en ambientes mixtos marinos y lacustres. Se han encontrado en ella una extraordinaria variedad de fósiles. Los más comunes son los estromatolitos, estructuras calcáreas formadas por algas. Bancos y rodados de estromatolitos aparecen ampliamente distribuidos en los cerros y en los ríos de Salta. También se encuentran bancos de conchillas de gasterópodos comúnmente llamadas turritelas. A veces esas turritelas han sido reemplazadas por sílice con tonalidades rojizas y se convierten en bellos objetos paleontológicos.

Se han encontrado también bancos de bivalvos, restos de plantas, cocodrilos y abundantes peces. Uno de esos peces, Coelodus toncoensis, tenía una mandíbula que le permitía triturar conchillas y se piensa que se alimentaba de las turritelas. Se han encontrado además unas aletas que se atribuyen a peces voladores (Gasterocuplea branisai). Sin embargo, los hallazgos más importantes fueron las huellas de dinosaurios por su variedad y cantidad.

El Valle del Tonco es famoso por sus huellas de dinosaurios herbívoros y carnívoros que fueron fotografiadas por National Geographic y publicadas en enero de 1993. A partir de allí se han encontrado pisadas de dinosaurios en muchos lugares de Salta y Jujuy. Y hasta pisadas de un mamífero saltador que convivió con los dinosaurios. También se han descubierto huevos de dinosaurios herbívoros (titanosaurios) y carnívoros, así como estructuras de nidadas. En ambos casos corresponde a arenas de playas donde los dinosaurios pusieron sus huevos que se conservaron fósiles sin eclosionar.

El asteroide más famoso

Salta conserva también la línea de tiempo que marca la extinción de los dinosaurios producto de la colisión de un asteroide en Yucatán: el límite internacional K/T (K/Pg). Se han encontrado en Salta restos de los últimos dinosaurios que vivieron en el planeta y de los primeros mamíferos que los sucedieron. Precisamente se ha descubierto las huellas de un pequeño mamífero afín a Purgatorius, que toma su nombre por haber vivido o sobrevivido al holocausto Cretácico. Las capas que se depositaron después del Cretácico, en el Paleógeno, contienen una variedad de restos de mamíferos, reptiles, peces y especialmente insectos fósiles de muchos tipos, mayormente coleópteros, representados por sus élitros, los cuales fueron estudiados por T. D. A. Cockerell en la década de 1920.

El Paleógeno de la Puna, descubierto por el suscripto en la década de 1980 tanto en afloramientos rojos del límite de los salares Pastos Grandes y Pozuelos como en Antofagasta de la Sierra, es también muy rico en fósiles de mamíferos, entre ellos primitivos marsupiales (Reigia punica, Punadolops alonsoi), así como reptiles varios y anfibios.

En los periodos Mioceno y Plioceno se han encontrado diversos fósiles en el Valle Calchaquí, que incluyen mamíferos, reptiles y abundantes plantas.

Mastodontes y megaterios

El periodo Cuaternario abarca la época de las grandes glaciaciones y los animales contemporáneos como mastodontes, megaterios, gliptodontes, entre otros. En la década de 1950 se hicieron numerosos hallazgos por parte de Amadeo R. Sirolli y Rodolfo Parodi Bustos quienes dieron a conocer el mastodonte de Cabeza de Buey, el megaterio gigante de Anta, el gliptodonte de la Peña, entre otros animales de la megafauna cuaternaria.

La cueva de un gliptodonte, probablemente un Neoescleroclapyptus, fue descubierta en capas pleistocenas cerca de La Lagunilla. En esta apretadísima síntesis quedaron afuera cientos de nombres de paleontólogos y miles de hallazgos fósiles a lo largo del tiempo geológico y a lo largo y ancho de la provincia. Estos y otros temas fueron desarrollados en mi libro: “Paleontología. Historia de la vida en la Tierra. Ensayos y reflexiones sobre seres y mundos extintos”. Prólogos de Eduardo Tonni y Alvaro Mones. Araoz Ediciones, 152 p., 2024, Salta. En síntesis, la riqueza paleontológica de Salta es un enorme patrimonio natural que debe conocerse para poder valorarse.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales