La imagen de Nelso Ortiz observando un añoso árbol en Bariloche, sintetiza perfectamente el espíritu de la empresa que fundó en 1978. “En esa actitud de curiosidad y respeto por la naturaleza está el corazón de nuestra compañía”, explica su hijo, actual director de la empresa. Esta conexión con la madera, que comenzó en los talleres de Altos Hornos Zapla en los años 60, cuando Nelso aprendió el oficio fabricando moldes en madera para piezas de fundición, sentó las bases de lo que hoy es una de las empresas más innovadoras en el sector de la construcción sustentable.
Sin una educación formal, pero con un profundo conocimiento empírico, Nelso transformó una pequeña carpintería en Jujuy en una empresa que hoy empuja sus propios límites. El punto de inflexión llegó en 1982, cuando instaló el primer secadero de madera de Jujuy, una inversión que marcó el comienzo de una constante búsqueda de calidad y buenas prestaciones.
Hoy, con 65 colaboradores, incluyendo 16 profesionales y un departamento formal de I+D, Ortiz es líder en el desarrollo de ventanas de altas prestaciones en madera. Sus productos combinan la nobleza del material con tecnología de punta, logrando excelentes niveles de aislación térmica y acústica, hermeticidad y durabilidad. Este expertise técnico les ha permitido dar un paso más allá: actualmente están desarrollando el primer sistema de muro cortina en madera de Latinoamérica, un proyecto que promete revolucionar la manera de construir en la región.
Ortiz, mas allá de su trayectoria, es una empresa joven, liderada por la segunda generación, esto se refleja en un equipo, donde padres e hijos comparten el espacio de trabajo, creando un ambiente único donde el conocimiento técnico se transmite naturalmente entre maestros carpinteros y aprendices.
“La madera es el único material de construcción que puede ser cultivado y que, además, almacena carbono. Un metro cúbico de madera puede almacenar una tonelada de dióxido de carbono”, explican desde la empresa. Este dato cobra especial relevancia considerando que la construcción genera aproximadamente el 40% de las emisiones de CO2 del planeta. La apuesta por la sustentabilidad no se limita al producto final. La empresa utiliza maderas provenientes de bosques de manejo sustentable y todos los residuos de fabricación son reciclados en artesanías y biomasa.
El compromiso con la innovación y la calidad ha llevado a Ortiz a traspasar fronteras. Recientemente completó su primera exportación a Uruguay, proporcionando carpinterías exteriores de alta prestación en Peteribí para una residencia de 400m2 en José Ignacio, diseñada por el prestigioso estudio Observatorio. El proyecto, actualmente en fase de instalación de carpinterías interiores, representa un hito en la expansión internacional de la empresa.
“Cada vez que entregamos un producto a nuestros clientes, su primera reacción es tocarlo. Siempre les encanta”, comentan desde la empresa. Esta conexión sensorial con la madera, combinada con prestaciones técnicas de primer nivel, ha posicionado a Ortiz como líder en el segmento premium de aberturas.
Lo que viene
El futuro se presenta prometedor para esta empresa familiar que ha sabido combinar tradición e innovación. La construcción en madera está experimentando un crecimiento muy fuerte a nivel mundial: la demanda de CLT (Cross Laminated Timber) crece un 15% anual desde 2015, y en Europa, su volumen de producción se ha multiplicado por 10 en la última década. Esta revolución en la construcción, impulsada también por herramientas de diseño digital como BIM (Building Information Modeling), se refleja en proyectos emblemáticos como Ho Ho Wien en Austria, un edificio de 24 pisos construido casi enteramente en madera. En este contexto de innovación, Ortiz fortalece su liderazgo en ventanas y puertas de altas prestaciones, mientras avanza en nuevos desarrollos que contribuyen activamente a transformar la industria de la construcción hacia un modelo más sustentable.
Su historia demuestra que la preservación de las técnicas artesanales, cuando se combina con innovación tecnológica y compromiso ambiental, puede generar soluciones revolucionarias para los desafíos de la arquitectura contemporánea. Desde su sede en Jujuy, esta empresa argentina continúa empujando los límites tecnológicos y ecológicos de la madera, confirmando que es posible construir un futuro más sustentable sin renunciar a la excelencia en diseño y funcionalidad.