A pesar de que muchos fanáticos viajaron al exterior, una gran cantidad de socios y socias de la Academia se congregaron en el Cilindro para alentar desde la distancia. La dirigencia del club había abierto las puertas del estadio con la expectativa de recibir a cerca de 30 mil personas. Sin embargo, la tarde se complicó cuando, alrededor de las 16:20, comenzaron a registrarse disturbios en algunos de los accesos.
Las corridas y empujones generaron un clima de nerviosismo, obligando a las autoridades a cerrar algunas puertas para controlar la situación. Esta decisión dejó a muchos hinchas en las inmediaciones del estadio, aumentando la tensión entre los presentes. En medio de la confusión, algunos grupos lograron derribar las vallas y abrir las puertas, ingresando a las tribunas a la fuerza.
El incidente refleja la pasión desbordante de los hinchas de Racing, quienes, a pesar de las dificultades, no dejaron de apoyar a su equipo. La jornada, que debía ser de celebración, se transformó en un recordatorio de la importancia de la organización y la seguridad en eventos de tal magnitud. Sin embargo, el amor por los colores de la Academia sigue intacto, uniendo a sus seguidores en cualquier rincón del mundo.
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