Intentó resistir, pero el escándalo que lo salpica cobró cada vez más fuerza. Benjamín Cruz renunció ayer a la vocalía del Tribunal de Cuentas de la Ciudad de Salta. Ahora, sin cargo público, debe afrontar las graves acusaciones e investigaciones no solo en la Justicia provincial sino también en la Federal.
Desde julio de este año, cuando comenzó el juicio por el crimen de Darío Monges, hubo una sucesión de testigos y chats en los que se evidencia una posible participación de Cruz en delitos como el tráfico de drogas y de divisas. Así, su situación en la función pública se volvió insostenible. Se debe determinar, además, si Cruz, cuando era secretario de Seguridad de la Provincia, facilitaba instrumentos públicos como permisos de circulación durante la pandemia para liberar rutas destinadas al narcotráfico. No solo eso: en el juicio se indicó que Monges disponía de policías para sus viajes al norte. Monges no solo se presentó como un falso asesor del Ministerio de Seguridad, sino que habría sido el ejecutor de tareas “non sanctas” de Cruz, como lo definió en sus alegatos el jueves el fiscal Eduardo Villalba ante el Tribunal Oral Federal 1. En estas audiencias se juzga a Roberto Bejarano y a sus hijos Santiago y David como autores del crimen de Monges, ocurrido el 1 de septiembre de 2022.
En los alegatos, se dejó entrever que se aproxima la causa “Monges II”, en la que se buscará determinar a los autores intelectuales del homicidio. Monges fue asesinado de cinco balazos. Antes, había tenido contacto con criminales como Oscar “Cabezón” Díaz, Diego Aquino y “Gringo” Palavecino. Cruz fue investigado, pero se descartó su vínculo con el hecho material. No obstante, se avanzará sobre el cuadro investigativo relacionado con los instigadores.
En estos días, hubo pocas novedades de la causa provincial. Cruz está imputado por tráfico de influencias y negociaciones incompatibles con la función pública por haber facilitado el ingreso de Monges a la cárcel de Orán. Así, “el falso asesor” vio al “Cabezón” Díaz y le pidió 80 mil dólares para gestiones. Si bien es una causa provincial, en la Justicia Federal nadie discute la responsabilidad que tuvo Cruz. Los chats con Monges son contundentes.
En el fuero provincial, los fiscales Mariana Torres y Ramiro Ramos Ossorio requirieron el juicio contra Cruz ante la jueza Ada Zunino, quien ya habría corrido vistas a las partes. Aquí solo investigan el rol que tuvo Cruz en la visita irregular de Monges a la cárcel de Orán.
Villalba, en la audiencia federal, dijo que el uso de permisos para el narcotráfico sería un escándalo peor que la “Fiesta de Olivos”. Más allá de las causas judiciales, no se supo si dentro de la Provincia iniciaron alguna investigación interna por el uso de recursos públicos para la supuesta comisión de delitos.
Revelaciones en la justicia federal
– Homicidio de Darío Monges: Benjamín Cruz fue investigado, incluso le tomaron prueba de ADN, pero no hay vínculo con el crimen material. No obstante se lo podría seguir investigando en la denominada causa Monges II, que buscará a los instigadores del homicidio.
– Implicancia narco: Se debe investigar si Cruz habría permitido el uso de herramientas públicas en operaciones de narcotráfico, lo que fue calificado como un posible escándalo mayor que la “Fiesta de Olivos”.
– Testimonios de juicio: Declaraciones que vinculan a Cruz con la utilización de policías para viajes de Monges a Orán. Monges llevaba dólares y también traficaba droga.
Investigación provincial
– Cargos: Tráfico de influencias y negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública (calificación subsidiaria).
– Acusación: Facilitó el ingreso de Monges a la cárcel de Orán de manera irregular, basándose en su posición como funcionario público.
– Elementos probatorios: Chats y testigos obtenidos durante el debate por el homicidio de Monges en la Justicia Federal. Monges invocó al entonces Secretario de Seguridad.
– Ángel Sarmiento, ex director General de Políticas Penales, también está imputado por abuso de autoridad.