En los últimos días se sucedieron una serie de acontecimientos políticos que llamaron la atención, tales como, el anuncio de la privatización del Belgrano Cargas, la editorial del diario británico Financial Times señalando que los resultados de este “experimento económico” son mixtos, el anuncio de cierre de la AFIP y la creación de ARCA. Pero, el más relevante fue la creación del nuevo partido político nacional La Libertad Avanza.
Ingresar a la arena política es integrar un sistema de partidos para funcionar en ámbitos de incertidumbre y decisión con reglas consuetudinarias. Los procesos políticos no son relaciones de intercambio como las del mercado, sino un conjunto de costumbres, prácticas y creencias.
La incertidumbre
La incertidumbre política es el espacio de decisión e interacción de los actores políticos cuando no es posible anticipar los resultados de una decisión.
Es una zona que se nutre de las pasiones, creencias, mitos y también intereses; donde el discurso no siempre coincide con la práctica. Por ejemplo, la sanción de las leyes de mejoramiento de presupuesto de las jubilaciones y universidades, que contó con los votos de algunos legisladores, primero para ser sancionada y luego para impedir el veto presidencial; da la pauta que los argumentos de hoy pueden no ser válidos para mañana.
En la zona de incertidumbre donde se toman las decisiones políticas, es sustancial tener un partido, porque se acrecienta el poder político del que decide. La creación del partido nacional LLA abona este principio.
Como sabemos, el poder es básicamente un intercambio desigual, es dominación asimétrica pero recíproca; una parte gana más que otra y es la que controla las áreas de incertidumbre.
En esta dinámica de controlar la zona de incertidumbre, los incentivos de acrecentar el poder dependen de las negociaciones al interior de los partidos, y de los recursos del líder para realizar coaliciones con otras fuerzas.
El líder que controla la zona de incertidumbre rompe el equilibrio de poder y organiza el escenario de disputa. En un sistema presidencialista como el de Argentina, el presidente Javier Milei tiene recursos superlativos en la zona de incertidumbre respecto de los otros actores políticos.
Los recursos políticos
Entonces ¿Cuáles son los recursos del gobierno en la zona de incertidumbre? Podemos enumerar, sin ser exhaustivos, los siguientes:
Tiene la ventaja del poder experto en la competencia con otros actores. (economistas, estadísticas, periodistas a tiempo completo).
Controla las relaciones con el entorno; por caso, la construcción de alianzas, el conocimiento de los otros partidos y la cercanía con los líderes opositores.
Interviene en sistema de comunicaciones, es fundamental el control sobre los canales de comunicación, la distribución, manipulación, retraso o supresión de la información; por ejemplo, el dominio sobre las redes sociales y medios de comunicación.
Establece las reglas formales, las interpreta, elige el campo y el terreno de disputa. Luego, con los márgenes de discrecionalidad que la da el poder controla la aplicación, interpretación y manipulación de las reglas. Por caso: el presidente elige a las redes sociales como terreno para dirimir diferencias, un campo donde las reglas la imponen el poder simbólico y el número de seguidores (cada posteo presidencial lo ven tres millones quinientos mil seguidores); en el mismo sentido, manipula las reglas legislativas para lograr mayorías.
Controla los canales de financiación.
Decide sobre el reclutamiento, es decir, el criterio para decidir quién entra y quien sale de la organización. Ej. el criterio político de leales y traidores es el que prima para ser funcionario del gobierno, relativizando el conocimiento técnico, ya que lo que se valora es la unidad de mando y la obediencia.
¿Y la oposición?
Decíamos antes, que las relaciones de poder son asimétricas, desiguales, disímiles; donde una parte gana más que otra y que las decisiones son tomadas por quienes tienen más poder.
En esta relación, los otros partidos que conforman la oposición también tienen recursos para demandar políticas y ejercer peticiones. Pero las posibilidades de cuestionar la política oficial están menguadas por el fraccionamiento de los partidos políticos con representación parlamentaria.
Un repaso de las fracturas políticas en el parlamento, nos muestran: la división interna entre partidarios de Cristina Kirchner y Axel Kicillof, la fractura política entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich y el quiebre de la UCR con tres bloques en el parlamento, sumados a ellos están los disidentes del bloque Hacemos Coalición Federal de Miguel Pichetto y el bloque de diputados que responden a los gobernadores.
En cuanto a las relaciones con el entorno, tanto el kirchnerismo, como el macrismo, el radicalismo, la coalición cívica y el peronismo del interior; tienen ventajas por su conocimiento de años de interactuar en distintos roles de los diferentes líderes políticos y a la hora de acordar aflora su oficio consolidado en años de debates y diálogos interpartidarios.
El sistema de comunicación de todos los partidos de la oposición es anacrónico respecto al método utilizado por el oficialismo. El observador menos sagaz podría advertir – sin ser un experto – de la actuación del presidente y su repercusión en los canales de streaming, redes sociales, radios y TV.
El manejo de las reglas de juego de disputa por el poder, están en una suerte de “cancha inclinada” a favor del oficialismo, por la poca adhesión a las reglas instituidas por los usos y costumbres democráticas. Un ejemplo es el uso del veto como una herramienta de amenaza y coacción, en lugar de ser una excepción o el decreto que modifica la ley de Acceso a la información pública, en el cual restringe el acceso a la información pública, olvidando que la “información se presume pública y el secreto es una excepción” como acordaron expresarse FOPEA y Poder Ciudadano, entre otras instituciones de la sociedad civil, cuya labor es el resguardo de la libertad de expresión.
Respecto de los canales de financiación, donde el financiamiento sea exclusivamente privado; pone en desventaja a las agrupaciones opositoras y potencia la primacía del que gobierna.
En cuanto al reclutamiento, la oposición sufre una diáspora de los partidos políticos y fraccionamiento al interior de ellos, impactando en la división y migración de los bloques legislativos.
Mientras en los partidos tradicionales hay dispersión y achicamiento, en la LLA se suman adeptos, funda partidos en seis provincias y se recrea en un partido nacional, que tiene una característica principal: se originó en el poder, se crea desde el gobierno; otra particularidad es que sus principales cargos de presidente y vicepresidente y miembros de los órganos de conducción son funcionarios del gobierno o parientes, es el caso de Karina Milei y Martín Menem.
Ventajas del oficialismo
Entonces, de los recursos nombrados: poder experto, sistema de comunicaciones, reglas formales, canales de financiamiento, reclutamiento, en todos, el presidente Milei aventaja a la oposición.
La oposición tiene solo una ventaja : relaciones con el entorno.
En consecuencia, los incentivos para alinearse con el gobierno del presidente Milei son evidentes, por las ventajas de pertenecer a la zona de incertidumbre y ser socios en las decisiones del oficialismo
En la arena política se desnudan los intereses de los que “hacen fila” para estar a la sombra del poder, es decir, no se trata de convicciones puras, sino que es una cuestión de intereses y poder.
En suma, el oficialismo tiene ventajas evidentes. Quizá la única preocupación gubernamental sea el proyecto de reforma del régimen de decretos de necesidad y urgencia (DNU) que fue creado en el 2006 a instancias de la exsenadora Cristina Kirchner, que estableció una especie de cerrojo sobre los decretos del Poder Ejecutivo, y del cual Milei hace uso y abuso.