Con la proximidad de la primavera crece el consumo de muña muña o “yuyito del amor”

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Los vendedores de muña muña semblantean las caras de los peatones para ofrecerles el “yuyo del amor”, aseguran algunos ambulantes de la zona del mercado San Miguel.

“Es increíble, pero ellos ven dónde está la necesidad y se acercan rápidamente a los potenciales clientes”, contó Ganso, un joven de La Isla (Cerrillos), asiduo concurrente al abasto.

Se trata de una hierba afrodisíaca utilizada ancestralmente para fortalecer la actividad sexual y que, en el microcentro salteño, se ofrece de forma callejera. “¡Muña muña… a 400 pesos la bolsita. Efecto asegurado, señor!”, recita Juancito una y otra vez, mientras recorre la Av. San Martín, entre paradas de colectivos y puesteros.

El muña muña –cuenta un vendedor- se puede consumir como infusión o bien colocando las hojitas y ramitas secas en el mate cebado. “Cuando uno viene alicaído, te levanta el ánimo de no creer. Te pone vigoroso. Como decía Almafuerte: ‘No te des por vencido, ni aun vencido… y trémulo de pavor, piénsate bravo, y arremete feroz, ya mal herido’”, señaló Carlos, un docente del Valle de Lerma. “Sería algo así como un viagra natural”, aseguró por suparte Daniel, un comerciante de la Av. San Martín.

Lo cierto es que la demanda de muña muña suele crecer durante las últimas semanas del otoño, alcanzando su pico de ventas en primavera, estación en la que la naturaleza vuelve a cobrar vida, aumentan las temperaturas medias, las plantas florecen, los animales despiertan de su hibernación y se producen cambios sustanciales en las hormonas de muchas especies.

Consultados sobre las edades de los consumidores de muña muña en la capital provincial, Juancito señaló que el abanico es grande y va desde los 25 o 30 años hasta los 60, e incluso tiene clientes jubilados.

“Pero los que más están a la caza del yuyito del amor son los jóvenes. Uno los ve pasar con esas remeras todas ajustadas, pantalones chupines y cortecito de barbero… Sin embargo se llevan bolsadas de muña muña”. “La juventud ya no es la de antes”, reflexionó.

Hay que dejar bien aclarado que antes de consumir cualquier tipo de infusiones o yuyos, como se los conoce comúnmente, la gente debe consultar al médico y no automedicarse.

El muña muña -según los conocedores de hierbas- “es usado desde tiempos ancestrales para combatir enfermedades respiratorias, problemas estomacales y el reumatismo, dadas sus propiedades antisépticas, analgésicas y antiespasmódicas”.

Señalan, además, que sus propiedades medicinales se atribuyen a su alta capacidad antioxidante, dado que contiene vitaminas A, C y complejo B, así como minerales como calcio, fósforo y hierro, por lo que colabora con el fortalecimiento de los huesos y a la coagulación sanguínea favoreciendo el efecto vasodilatador.

Desde tiempos de los incas

El muña muña era consumido por los incas junto con la miel para aplacar los problemas respiratorios. En los últimos siglos esta planta fue utilizada por los indígenas para fortalecer el sistema inmunológico, y para contrarrestar las infecciones por gusanos, bacterias y otros parásitos. Todavía se sigue consumiendo como un broncodilatador y expectorante. Además es comúnmente utilizado como un té de sabor y especias para los platos tradicionales. Pero, por estos días, lo que más interesa a los consumidores es el empujoncito que le da a la líbido, alicaída por el contexto económico y social.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales