Alois Alzheimer no pudo imaginar que su nombre se haría tan famoso a partir de la segunda mitad del siglo XX y más aún en el XXI y que la enfermedad que estudió y describió magistralmente por primera vez se convertiría en la causa de demencia por excelencia de la gente mayor. Próximamente, hacia el año 2025, una proyección de envejecimiento prevé sólo para la Argentina del 18 % de su población de personas de 60 años y más y con cifras progresivamente en alza de sobre envejecimiento.
Alois Alzheimer (1864 – 1915) médico neurólogo, psiquiatra y neuropatólogo alemán, presentó en 1906 y publicó en 1907 la primera observación clínica y anatomopatológica de una mujer gravemente demente que murió a los 56 años, edad avanzada para aquella época ya que la esperanza de vida del ser humano era muchísimo menor a la de hoy; la mujer, que vive más que el hombre, puede superar cómodamente los 80 años. En ese caso, Alzheimer diagnosticó una enfermedad “singular y grave de la corteza cerebral”, título de su publicación princeps. El célebre Kräepelin la bautizó con el nombre de Alzheimer quien murió tempranamente a los 51 años.
La enfermedad de Alzheimer es la causa más frecuente de demencia en los adultos mayores, por lo que siempre debe ser considerada ante la manifestación de trastornos de la memoria en estas personas. En general, se tiene dificultad para recordar hechos recientes y para adquirir datos nuevos; se presentan cambios de personalidad y de la manera de ser y estar; el lenguaje se empobrece y se torna dubitativo; hay desorientación en lugares no familiares.
Desde las décadas de 1960-70 a la fecha, la enfermedad de Alzheimer se ha convertido en el prototipo de las demencias que aumentaron cuantitativamente y cuya incidencia y prevalencia son muy elevadas en todos los países con altas tasas de envejecimiento.
Problemas
Las consecuencias de la incidencia, cada vez mayor, de la enfermedad de Alzheimer no sólo afecta a las personas mayores enfermas, sino también a sus familias, a la sociedad, a la seguridad social, a la disponibilidad de una cantidad enorme de recursos costosos que son necesarios y que deberíamos desde ya disponer para atender, asistir, cuidar, ayudar, auxiliar, soportar y sostener a una enorme masa de personas mayores y a sus familias desfavorecidas.
Una prioridad para nuestro país, cuya problemática sociosanitaria, socioeconómica, educativa y cultural es de solución difícil y a largo plazo, en el marco de la realidad social y económica actual de América Latina, tal vez el continente más envejecido al momento y con elevada pobreza. El envejecimiento de la población es uno de los mayores triunfos de la humanidad y también uno de nuestros mayores desafíos.