La historia de fe de Víctor Camacho comenzó desde muy chico, cuando se movía por las calles de Salta como lustrabotas. Luego de años y una infancia muy dura, en 2007 pidió al Señor y a la Virgen del Milagro por un trabajo para sostener a su familia, ese anhelo se hizo realidad y hoy fabrica todo tipo de imágenes de resina y yeso, en su propio taller del barrio San Rafael ubicado en San Lorenzo.
Cuando tenía tan sólo 10 años siempre le llamaron la atención las artesanías, por eso cada día iba por el mercado artesanal y veía las imágenes y esculturas que se exponían para la venta al público. Y justo en la esquina había una casa en donde enseñaban cerámica. “Siempre me atrajeron las artesanías por eso iba con mi cajón a mirar las vidrieras”, contó.
Al ver su constancia una profesora del lugar le preguntó si le gustaría aprender a lo que respondió que le atraía mucho pero debía trabajar. A lo que la mujer lo invitó a concurrir y aprender cada vez que tenía un pequeño momento de su tiempo, por eso fue un par de veces y recién cuando tuvo 13 años decidió ponerle más empeño y aprovechar la oportunidad que se le presentó.
Sin embargo, la situación económica en su familia apremiaba mucho, por lo que decidió irse a Buenos Aires para intentar ingresar al ejército o alguna de las fuerzas pero no lo logró, luego fue trabajando en otras cosas y conoció a su esposa con quién tuvo 3 hijos, pero su objetivo era lograr regresar a Salta y poder trabajar para ayudar a toda su familia.
Su pedido al Señor y la Virgen del Milagro
Un día del 2007 volvió a Salta para participar del Milagro y fue a la catedral, en donde rezó con todas sus fuerzas. “Me acerque al Señor del Milagro y le dije que algún día me gustaría volver a quedarme en mi tierra natal y hacer todo tipo de imágenes del Milagro”. Y así pasó el tiempo hasta que decidió hablar con un amigo para le consiga un alquiler en Salta y quedaron en pagarlo a medias y en un pequeño espacio comenzó con su taller. “Sin darme cuenta había empezado hacer las imágenes del milagro y primero las vendía en la santería de la catedral por mucho tiempo”, sostuvo.
Luego dijo que empezó a realizar sus entregas a la gente que trabaja afuera de la Catedral y vendía un montón de imágenes y después los clientes iban a su alquiler a buscar los pedidos, no paraba de trabajar. “Me emociona mucho recordar ese momento, ya que gracias a eso estoy muy bien, me compré un terrenito y mantuve a mi familia”, expresó conmovido.
“Creo que dios quiso que yo también ayude a la gente que estaba en la calle, ellos son los que más me hacen pedidos, por eso les hago precio y siempre me agradecen”, comentó.
Además Camacho resaltó que en este tiempo es cuando más pedidos reciben y avanza creando una gran cantidad de imágenes del Señor y la Virgen del Milagro con sus manos, también de otros santos.
Cuando Víctor tiene que definir que es el Milagro para él responde que es lo más “grande”. “Yo soy muy devoto, muy católico y eso no me lo saca nadie”, afirmó.
Asimismo contó que es un oficio que procuró transmitirles a sus hijos cuando tenían 11 y 12 años, por eso hoy saben crear imágenes en resina y yeso e incluso ampliaron sus conocimientos y crean artesanías exotéricas, como muñecas, elefantes, duendes, cuadros, entre otros.
Además Camacho contó que aprendió a trabajar mejor en resina e incluso hacer sus propios moldes en Buenos Aires, cuando un amigo de Once le hizo un pedido y ahí se animó a crear sus propios diseños. “Hice moldes de una parte y de la otra, de un ángel y luego lo ensamblé”, relató.
Una infancia dura y el anhelo de mejorar
Luego resaltó que su infancia fue dura y siempre dijo que le gustaría mejorar el futuro de la familia y deseaba lograr que sus hermanitos sean “algo” en la vida. Por eso se encargo de enseñarles todo lo que sabía y hoy también fabrican imágenes. “Ahora tienen un negocio igual, por lo menos se me cumplió todo y mis dos hermanos tienen trabajo”, dijo.
Y resaltó que padeció la pérdida de uno de sus hermanos de 30 años. “Cuando uno pierde a un familiar se te viene el mundo abajo. No pensé levantarme de ahí, pero lo logré”, sostuvo. Y dijo que incluso decidió enseñarle el oficio a la esposa de ese hermano que perdió y ahora ella también hace artesanías e imágenes.
El ex presidente se llevó una escultura hecha por sus manos
Los momentos que no se olvidó fueron cuando se acercaron dos importantes escultores y le pidieron que les enseñe y otro cuando le encargaron una escultura del General Martín Miguel de Güemes y se la obsequiaron al ex presidente Alberto Fernández.
Un mensaje que Camacho quiso dejarle a los salteños es que no dejen de creer y tener fe. “Creo que es muy importante siempre creer en uno mismo, en todo lo que lleva adentro, que si se puede”, dijo.
En cuanto a sus intenciones para este Milagro 2024 resaltó que pide por el país para que siempre salgamos adelante. “Esto tiene que ser una nueva era, tiene que cambiar totalmente y el de arriba yo sé que va a hacer algo, si hay fe se cumplen las cosas”, finalizó.