Lucas Dapena: “El industrial salteño no se rinde y va por el progreso”

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En los últimos años tuve la oportunidad de participar en varios eventos del ciclo “Hablemos de lo que viene” en el marco de la Semana de la Industria, y hay algo que me ha quedado muy claro: el inquebrantable optimismo del empresario y del industrial salteño. Este optimismo es admirable, especialmente cuando se considera el contexto macroeconómico adverso que enfrentan. A pesar de las llamaradas económicas que caen sobre ellos, siguen apostando por la provincia y la región.

En los últimos años tuve la oportunidad de participar en varios eventos del ciclo “Hablemos de lo que viene” en el marco de la Semana de la Industria, y hay algo que me ha quedado muy claro: el inquebrantable optimismo del empresario y del industrial salteño. Este optimismo es admirable, especialmente cuando se considera el contexto macroeconómico adverso que enfrentan. A pesar de las llamaradas económicas que caen sobre ellos, siguen apostando por la provincia y la región.

El evento de este año fue particularmente enriquecedor. Se inició con una exposición magistral sobre la economía nacional de la mano de Gustavo Reyes, quien nos situó en el contexto macroeconómico actual de manera clara y didáctica. Luego, el periodista Pascual Albanese abordó el posicionamiento internacional de Argentina y el análisis de la gestión política del gobierno, proporcionando una perspectiva necesaria para entender cómo los factores políticos internacionales afectan a nuestra economía.

Panel con empresario locales

Sin embargo, el momento más destacado fue el panel de discusión con empresarios locales. En esta ocasión, contamos con Francisco Müller, Daniel Zozzoli y Natalia Fabbroni, quienes compartieron las dificultades que enfrentan en el día a día para mantener a flote sus empresas en sectores tan diversos como la carne, los colchones y los productos de limpieza. Fue un recordatorio de que los empresarios no son los “villanos” multimillonarios que a menudo se caricaturizan desde algunos sectores de la política. Al contrario, estos son empresarios locales que luchan por generar empleo, mantener sus empresas y enfrentar una estructura impositiva desmedida.

Una de las principales preocupaciones expresadas en el panel fue la pesada carga impositiva que enfrentan las empresas, con especial énfasis en el impuesto a los Ingresos Brutos. Este es un impuesto particularmente distorsivo que afecta negativamente a toda la cadena productiva. No se trata de un impuesto que acompañe el crecimiento económico, sino que grava desproporcionadamente a distintos sectores de la economía.

Además, como señalaron los panelistas, las alícuotas de Ingresos Brutos en Salta son más altas que en otras provincias, lo que coloca a las empresas locales en una clara desventaja competitiva. Es inadmisible que Salta tenga que cobrar porcentajes más altos cuando otras provincias logran mantener sus impuestos más bajos, lo que facilita el crecimiento de sus economías. Es urgente que se busquen alternativas que no desfinancien a la Provincia, pero que permitan un crecimiento genuino.

Fuerte apuesta de la industria salteña

Otro aspecto clave que se destacó en el evento fue la fuerte apuesta del industrial salteño por productos de calidad con valor agregado. Este enfoque busca diferenciar los productos locales no por precio, sino por su calidad superior. Este esfuerzo por competir en el mercado nacional y en el internacional está respaldado por la constante inversión en tecnología para mejorar los procesos productivos y hacer que las empresas sean más eficientes.

Sin embargo, esta inversión no es fácil. Las barreras macroeconómicas, como la falta de acceso a divisas y la dificultad para importar maquinaria, dificultan la modernización de las industrias. A pesar de ello, los empresarios siguen buscando formas de innovar y mejorar, lo que demuestra su compromiso con el desarrollo de la región.

Lo más alentador de todo es el espíritu emprendedor y el optimismo moderado que los industriales mantienen, incluso en medio de tantas dificultades. A pesar del contexto desfavorable, siguen creyendo que el futuro puede mejorar y que el desarrollo socioeconómico será beneficioso para todos los salteños. Como bien señaló Gustavo Reyes, ese optimismo, aunque moderado, es un signo de que no han perdido la esperanza en que las cosas mejoren.

El industrial salteño no se rinde. Continúa invirtiendo, apostando por la región y trabajando en conjunto con sus empleados para salir adelante. Es un ejemplo de resiliencia que merece ser reconocido. Como salteño, no puedo más que sentir orgullo por este espíritu emprendedor que, más allá de las adversidades, sigue apostando por el progreso de nuestra provincia.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales