La víctima de los rugbiers franceses relató la tortura a la que la sometieron: “Me ahorcaron, me pegaron piñas en la cara y me arrastraron de los pelos”

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María tiene miedo. Sabe que a dos meses de aquella noche terrible en la que dos jugadores la selección francesa de rugby la sometieron a un tortuoso abuso sexual, la causa está cerca de quedar en la nada. Hugo Auradou y Oscar Jegou, siguen imputados pero ya no están detenidos y la Justicia los autorizó a regresar a su país tras pagar una fianza. A la distancia todo se vuelve más complejo e incluso la defensa de los acusados confía en que en diez días los rugbiers podrían ser sobreseídos.

Ella no quiere dinero. Ante las cámaras de Telefe Noticias sostiene que lo único que le interesa es que se haga justicia, por el calvario que padeció y por los constantes cuestionamientos que enfrenta cuando sale a la calle: “La gente me juzga, me señala con el dedo, sabiendo que soy la víctima. No soy a la que tienen que investigar”.

El quiebre en la causa se dio a partir de la difusión de dos audios, que María (como se hace llamar la víctima para reservar su identidad) le envió a una amiga el día después de aquella noche del 7 de julio. Allí se la escucha hablar en tono elogioso de los deportistas y de lo sucedido en el encuentro sexual.

Sin embargo ella indica que hay otros 21 mensajes, que fueron ocultados: “En esos audios yo estaba bajo el efecto de la medicación que tomé y seguía en estado de ebriedad. Fueron enviados a modo de confidencialidad con mi amiga, riéndome y (ella) me fue abriendo los ojos a medida de que le iba relatando las cosas”.

“No estaba en mis cabales para poder decir en el hotel que fui violada, por dos jugadores y que llamen a la policía. No entiendo porqué publicaron dos audios cuando fueron 23 y los otros, los más importantes, cuando yo relato toda la situación, el Ministerio Publico no los publicó”, completa.

Tras la difusión de aquellos audios, las autoridades otorgaron el permiso a Auradou y Jegou, de 21 años cada uno, a regresar a su país y este jueves tomaron el vuelo rumbo a París. La única condición es que se presenten en el consulado argentino cuando lo requiera la justicia.

Ante esto, María se animó a hablar. Explicó que aquella noche ella era la primera vez que iba a ese boliche y que no sabía que estaba la delegación francesa en el lugar. “A los 15 minutos (de llegar) me topo con Hugo, él me incitaba a tomar, a seguir consumiendo bebidas alcohólicas”.

¿Fuiste a su habitación únicamente para seguir bebiendo bebidas alcohólicas?

Sí, porque no tomo eventualmente en ningún momento. Pero cuando ingreso a la habitación y veo que no había bebidas alcohólicas y que no había nada, pido por favor que me deje ir y ya no pude salir más de la habitación. Fue tal la golpiza que me dieron que no pude pensar ni meditar, ni decir: ‘Me puedo ir de la habitación’. Es imposible, con dos bestias que miden casi dos metros poder escaparme de la habitación.

¿Intentaste irte?

No, porque ya me habían golpeado, ahorcado y me habían tratado demasiado mal y brutalmente, que yo quedé rendida. Hugo me tenía sostenida de la garganta. Me hizo tanta presión que me quedé sin oxígeno y en ese momento reaccioné y le pegué una cachetada en la cara. Y parece que eso lo enfureció más.

Fue tal la golpiza que me dieron que no pude pensar ni meditar, ni decir: ‘Me puedo ir de la habitación’.

Luego, la mendocina de 39 años explicó que mientras era violada por Auradou, apareció Jegou: “Cuando Hugo abre la puerta era este rubiecito, Oscar, que en vez de solidarizarse conmigo agarró y se empezó a desvestir. Y el morocho me agarró de los pelos y me tiró al piso, arrastrándome 2 metros, golpeándome las rodillas y las piernas”.

María aseguró que la violencia fue en aumento: “Me sube a la cama de este Oscar en la cual me hace hacerle una felación oral, mientras él se tocaba. Me pegaban cachetadas de los dos lados, no sé quien me pegó una trompada en los ojos y no pude tener opción a salir de la habitación. Pude salir cuando ya vi que se habían dormido”.

“Es muy difícil contarlo, yo quiero salir adelante, no revictimizarme”, afirma e insiste: “Quiero que vayan presos, porque son dos violadores y se tiene que hacer Justicia”.

En su dramático testimonio, María afirma que el trato que recibió cuando fue a denunciar fue muy distinto al de los acusados: “Me he sometido a más de seis horas de preguntas y respuestas, cuando a ellos en ningún momento se los ha sometido a la misma evaluación porque no hablan el idioma”.

Afectada, por el infierno que tuvo que padecer, la víctima alienta a todas las mujeres que sufrieron algo así a no quedarse calladas: “Quiero impulsar a todas las mujeres a que puedan hablarlo, transmitirlo y contarlo a vox populi para que no se silencien. Porque así como me pasó a mí, pudo haberle pasado a mi hija, sobrina, a mi hija a muchas mujeres que no se animan a contarlo”.

¿Cómo te sentiste cuando fueron liberados y volvieron a su país?

Me sentí rendida, como cuando me violaron ellos en su momento.

Fuente: https://salta.telefe.com/redes

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