Para el 2025 hay mejores expectativas en materia económica, según lo expusieron referentes de la industria local. En los últimos meses de este año se empiezan a apaciguar las variables económicas que sacudieron con fuerza en diciembre y el verano. No obstante, hay puntos que se deben resolver como la multiplicidad de tipo de cambios del dólar, la alta carga impositiva y leyes obsoletas. Además, creen que se logre una mayor apertura comercial. Necesitan que se abran más las importaciones para bajar los precios de los insumos y poder comercializar con otros países sin barreras, sobre todo cuando el mercado interno sigue contraído por la pérdida del poder adquisitivo. “Hay que salir a buscar a doña Rosa en otro lado”, fue lo que dijeron coloquialmente.
Un tema que no es menor: hay empresas que desde la pandemia no pueden invertir en tecnologías, en tiempos en que la inteligencia artificial avanza de manera exponencial.
Fotos: Javier Rueda
Esas fueron algunas de las conclusiones que dejó el panel “La industria salteña en la era de la tecnología” en el que participaron Daniel Zozzoli, fundador y presidente de Zozzoli SA, creador de Maxiking; Natalia Fabbroni, fundadora de Master Clean SA, gerente de operaciones en Santiago Saenz SA; y Francisco Müller, director de Inversora Juramento SA, con experiencia en administración de empresas y negocios. Ellos respondieron a las preguntas que les hizo el economista Lucas Dapena, ayer en el Centro de Convenciones en el marco del ciclo “Hablemos de lo que viene: industria”, organizado por El Tribuno.
Zozzoli contó que durante su vida empresaria, desde 1984, lleva atravesando varias crisis, por lo que siempre destina recursos para evitar que las crisis peguen fuerte. Si no tuviera esa provisión, contó que debería haber suspendido a trabajadores por la baja de compras y por la falta de insumos. Recordó que estuvo cerca de un concurso cuando se cayó la Convertibilidad. Dijo que en 2014 y 2015 fueron años difíciles por la falta de dólares.
“Soy industrial desde 1984 y nunca he perdido la memoria de todas las crisis que hemos tenido en la Argentina, económicas por sobre todo”.
El empresario hizo notar que desde antes de la pandemia no se puede invertir en tecnología, una premisa que habían podido cumplir otros años para hacer más eficientes los procesos y ser más competitivos.
Müller comentó que ante la crisis en el país, Inversora Juramento continuó con las inversiones y la apertura del mercado. Remarcó las ventajas de poder abrir la economía. “Todos queremos, pero hay que trabajar. No es fácil. Y en esto estamos rebajando con muchas inversiones y esperamos que en el segundo semestre encontremos estas inversiones en marcha”.
“El mercado padece una intervención del Estado, que la ley se aplique. Hay mataderos municipales donde no se hacen los mismos controles”.
Fabbroni remarcó que desde enero a la fecha se viene remontando la situación. “Vemos que la inflación ha ido bajando, lo cual es muy bueno para todos, sobre todo porque eso va a activar el consumo. Todavía falta. El primero y segundo trimestre del año han sido complicado. Ha habido mucha baja en el consumo”, agregó.
Fabbroni comentó que “falta de insumos en el mercado ha llevado a tener que reformularse puertas adentro y afuera. En nuestro caso, la parte química, también eso trae una complejidad”.
“Hemos apoyado y creemos que la tecnología va de la mano del crecimiento. Un sistema nuevo puede optimizar lo que es el suministro en las plantas”.
Por otra parte, Müller destacó que la producción para tocar un mercado de primera línea, necesita tener parámetros de primera línea. En eso coincidió que es fundamental la inversión en tecnología y la capacitación en empleados. “Estamos absolutamente convencidos que la evolución del mercado de carne camina hacia Occidente, donde se come la carne en mejores condiciones. Los mercados también tienen cierta capacidad de congelamiento, logística, controles sanitarios y microbiológicos”, indicó.