Los “mochileros narcos” son jornaleros del norte

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El millonario secuestro de cocaína que fue interceptado por la Gendarmería Nacional el jueves pasado sigue dando qué hablar, no solo por la enorme cantidad de droga que era trasladada, sino también por la forma en que era llevada, por mochileros de a pie en medio del espeso monte en Embarcación, y porque en las últimas horas se conocieron algunos detalles del procedimiento.

El millonario secuestro de cocaína que fue interceptado por la Gendarmería Nacional el jueves pasado sigue dando qué hablar, no solo por la enorme cantidad de droga que era trasladada, sino también por la forma en que era llevada, por mochileros de a pie en medio del espeso monte en Embarcación, y porque en las últimas horas se conocieron algunos detalles del procedimiento.

Los once hombres detenidos, sindicados como “narcomochileros”, según fuentes oficiales son jornaleros domiciliados en las localidades de Embarcación y Pichanal. Tras ser sorprendidos por las fuerzas nacionales, el numeroso grupo de personas fue imputado por “transporte de estupefaciente” agravado por el número de intervinientes, con una pena mínima de seis años de prisión efectiva.

Por alguna razón, a veces se sospecha que los funcionarios de la fuerza reciben pistas o datos certeros del traslado, un grupo de gendarmes pertenecientes al Escuadrón 52 “Tartagal” salió a patrullar la zona montuosa de La Porcelana, donde si bien se suelen hacer procedimientos en esta oportunidad se trató de un secuestro de gran magnitud.

Como había adelantado El Tribuno en su edición de ayer, el grupo de gendarmes compuestos por el sargento Daniel Portillo, y los cabos Rurilio Alcaraz, Bruno Rodríguez y Rodrigo Franco, decidieron llevar a cabo lo que ellos llaman “disciplina del silencio”, una acción o método de investigación que consiste en permanecer en el monte o el escenario indicado sin levantar ningún tipo de sospecha.

En ese sentido, los uniformados no pueden fumar, coquear, ponerse repelente o ese tipo de cuestiones que podrían delatarlos. Su estadía en el lugar en ese tipo de circunstancias los lleva a estar varias horas en espera, incluso días. En este caso el sargento y los tres cabos permanecieron ocultos durante algunas horas entre las malezas.

La decisión de quedarse bajo el contexto de la “disciplina del silencio” fue acertada, los gendarmes lograron divisar una cuadrilla de mochileros a quienes al darles la voz de “alto” provocó que rápidamente se dispersaran, logrando interceptar a dos de ellos. En este caso a quien sería el líder, quien tenía en su poder una escopeta y abría el camino, identificado como Ramón Sabán, y un segundo involucrado, Miguel Ángel Matorras, comerciante de Pichanal. Ambos señalaron que habían salido a cazar.

En el lugar se hallaron el resto de las mochilas con la carga de droga que transportaban, cuyo peso ascendió a 202 kilos de cocaína. Las mismas eran 12 y en 11 de ellas se hallaron paquetes de drogas.

Jornaleros

Al día siguiente los gendarmes detuvieron la marcha de una Ford Ranger que salía de una finca. Dentro de la cabina iban seis hombres y atrás uno. Señalaron que eran jornaleros de la finca, luego surgieron algunas contradicciones y fueron detenidos.

El hombre que iba en la caja tenía rasguños, identificado como Alberto Matorras, el mismo apellido que el detenido horas antes. Los otros seis son: Marcelo Fernández, José y Elías Pereyra, César Aguirre, Rodrigo Ferreyra y Eliseo Bustamante. El viernes fueron imputados frente a la jueza de Garantías de Tartagal, Ivana Hernández, quien controló la legalidad de la detención.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales

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