Maximiliano Pastrana es un salteño que en febrero de este año decidió, junto a su pareja e hijo, trasladarse hasta Bolivia para trabajar en la finca Los Zotos, perteneciente a Roxana Castedo, hermana de los narcotraficantes condenados Delfín y Raúl. El sábado 23 de marzo fue la última vez que vieron con vida al salteño, desde entonces su familia no supo más nada.
Hay varias líneas investigativas y no se descarta ninguna hipótesis. La carátula inicial del caso es trata de personas, sin embargo, la familia del joven solicitó que pase a “secuestro”, lo cierto es que El Tribuno pudo saber que el caso pasó a la Justicia Federal. En ese sentido, a cargo de las investigaciones estará el fiscal federal general Carlos Amad.
El sábado 23 de marzo en la finca de los Castedo hubo un suculento almuerzo, con chanchos estaqueados y mucha bebida con alcohol. En horas de la tarde, según una fuente, Pastrana habría tenía una fuerte discusión con su pareja en una de las habitaciones del lugar.
Según trascendió, habrían sido reclamos por celos, momento en que habrían ingresado a la pieza un grupo de gente compuesto por La Pollo, encargada de la finca, Federico Castedo, hijo de Roxana, y otros hombres de nacionalidad peruana. Los hombres habrían sacado a Pastrana de la habitación y, según declaraciones de testigos, no se lo volvió a ver más después de las 20 de ese mismo 23 de marzo.
Tras declaraciones de algunas personas vinculadas a la finca y por ende a la causa, surgieron contradicciones y testimonios que podrían ser refutados con pruebas fehacientes. Ahora será la Justicia Federal la encargada de seguir con la investigación.