Los Pumas perdieron contra Australia 20-19, a dos minutos del final del partido

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A dos minutos del final, los Pumas tenían abrochada una victoria que, sin demasiadas virtudes de que jactarse, parecía justa. Sin embargo, le regalaron la pelota a Australia , que tomó el obsequio y en la última acción del partido anotó un penal para dar vuelta el marcador y asestarle un doloroso mazazo al seleccionado argentino .

A dos minutos del final, los Pumas tenían abrochada una victoria que, sin demasiadas virtudes de que jactarse, parecía justa. Sin embargo, le regalaron la pelota a Australia, que tomó el obsequio y en la última acción del partido anotó un penal para dar vuelta el marcador y asestarle un doloroso mazazo al seleccionado argentino.

Al frente 19-17 con 90 segundos por jugar y con ventaja de knock-on, Tomás Albornoz tiró un sombrerito en mitad de cancha que tomó Andrew Kellaway e inició un contraataque para poner a su equipo profundo en terreno argentino. Después de varios intentos, consiguió un penal frente a los palos que Ben Donaldson cambió fácilmente por tres puntos al tiempo que sonó la bocina final.

La derrota por 20-19 resulta un castigo a la falta de efectividad de los Pumas, que sólo apoyaron un try en numerosas incursiones ofensivas, la mayoría frustradas por knock-ons, incluido uno de Thomas Gallo cuando se disponía a apoyar en el in-goal. La lluvia que cayó durante los 80 minutos y el viento que sopló cruzado (a favor en el primer tiempo, en contra en el segundo), al igual que el partido anterior en Auckland ante los All Blacks, dificultaron el traslado de la pelota y obligaron a los argentinos a ajustar su plan de juego. Impedidos de hacer pases largos, se hizo difícil buscar quiebres con los backs. Los forwards avanzaron cada vez que tuvieron control y generaron situaciones de try, que una y otra vez se frustraron por errores propios. Perjudicados de igual manera por el clima, los australianos capitalizaron mejor sus buenos momentos y fueron mucho más efectivos en los últimos metros.

Luego de haber ganado los últimos dos duelos entre sí, y con Australia en un proceso de reconstrucción, los Pumas llegaban como favoritos. Después de haber ganado en el debut, tenían la posibilidad de seguir en la pelea por la cima del Rugby Championship. En cambio, la caída los deja con cinco puntos, a nueve del líder Sudáfrica, con uno más que los australianos.

El partido marcó la despedida del ex capitán Agustín Creevy después de 19 años en el seleccionado. Lo mejor del equipo argentino fue el tackle, que asfixió constantemente a un equipo australiano que tuvo mayor control de la pelota pero retrocedía en el campo. En dos distracciones de la defensa, no obstante, Australia consiguió dos tries.

El mal tiempo propició el uso del pie, y en el juego aéreo los argentinos fueron más eficaces, ya que Australia tuvo muchas dificultades para capturar los envíos aéreos. Pero ni así los Pumas pudieron aprovechar la ventaja territorial que esa circunstancia les propició.

El estadio de Estudiantes de La Plata, por primera vez sede de los Pumas, con 26.000 espectadores que agotaron las entradas (aunque la cancha no estaba llena), se despertó a los 28 minutos del segundo tiempo, cuando los Pumas reaccionaron luego de que Australia pasara al frente. Tres incursiones en ataque se frustraron por errores de manejo, hasta que finalmente el ingresado Albornoz pudo traducir el dominio al marcador con un penal que, con 12 minutos por jugar, le devolvía la ventaja a los argentinos (19-17). La superioridad argentina continuó, los australianos siguieron jugando en su propio campo, hasta que llegó esa jugada fatal.

Los Pumas habían tardado ocho minutos y medio en tener su primera pelota del partido. Entre fallas en la recepción aérea y un line-out perdido, Australia monopolizó el juego en el inicio. La virtud de los argentinos fue defenderse con orden y sin penales. Cuando al fin pudieron hacerse de la pelota, generaron daño. De un line-out fueron a la punta opuesta, y de allí generaron un penal para adelantarse 3-0. Unos minutos más tarde, la presión de la defensa generó una pérdida y, a continuación, un penal que capitalizaron con una jugada de line y maul que terminó con Juan Martín González cruzando el in-goal.

El momento de dominio no se pudo capitalizar ya que los Pumas desperdiciaron otras dos entradas a los 22 metros del rival, una por un knock-on de Joel Sclavi (de mal partido) y otra por retención en el piso de Santiago Chocobares (de buen partido, una vez más). El orden ya no era tal, se perdieron pelotas en el ruck y aparecieron algunos penales evitables. En cambio, Australia sí aprovechó su oportunidad, la única que tuvo después de ese dominio inicial. Después de un line-out en ataque, la defensa argentina dejó un agujero (responsablidad de Sclavi) que el medio-scrum Jake Gordon explotó con un pase interno para descontar. Un penal más de Carreras y uno errado de Noah Lolesio dejaron el marcador 13-7 para los Pumas al entretiempo.

En tres avances al inicio del segundo tiempo, los Pumas se conformaron con un penal (16-7), ya que cometieron dos knock-ons en ataque. A partir de allí, Australia se animó y los Pumas entraron en su acostumbrado desconcierto. Otro agujero defensivo facilitó el try de Rob Valentini y con un penal los Wallabies pasaron al frente, a los 18 minutos (17-16).

Después vino la reacción y, finalmente, el regalo para los australianos, que cortaron así una racha de ocho derrotas consecutivas en el Rugby Championship (la última había sido en 2022). Es, sin dudas, la victoria más importante del ciclo que inició este año el neozelandés Joe Schmidt.

El próximo sábado habrá revancha en Santa Fe. Los Pumas tendrán la posibilidad de demostrar que son superiores a este equipo australiano en construcción. Y esperar que no llueva.

Fuente: La Nación

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/salta

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