Hubo momentos de tensión ayer en el macrocentro. Es que se llevó a cabo un intenso operativo que culminó con el decomiso de al menos tres carros fruteros. Incluso uno de los carreros fue denunciado ya amenazó a inspectores y se detectó que tenían armas blancas. No solo eso, los fruteros en cuestión también agredieron a trabajadores municipales y a policías.
Luego del enfrentamiento a machetazos entre fruteros ocurrido el fin de semana último, la Municipalidad de Salta procedió ayer a despejar los carros ubicados en calle Ituzaingó y San Martin. El operativo, que arrancó cerca de las 8.30, desató la reacción violenta de los vendedores.
Los propietarios de los carros secuestrados se negaron a abandonar el lugar, por lo que fue necesaria la intervención de personal de Infantería. Uno de ellos fue detenido por contar con antecedentes penales.
En diálogo con Radio Salta, Esteban Carral, secretario de Espacios Públicos y Protección Ciudadana, confirmó que encontraron facas y dijo que no es la primera vez que los inspectores reciben ataques, es por eso que van acompañados de policías. Dijo además que los carros en cuestión carecían de habilitación municipal.
“Es un grupo minúsculo que causa esta violencia en la vía pública, con el resto de los vendedores informales vamos dialogando y nos vamos entendiendo”, señaló el funcionario comunal.
La pelea entre fruteros
Una pelea con armas blancas entre dos fruteros, en la intersección de calle Mendoza e Ituzaingó, terminó con uno de ellos y un policía heridos, por lo que ambos fueron llevados al hospital San Bernardo.
El hecho, que ocurrió el viernes pasado por la noche, comenzó en la esquina de San Martín e Ituzaingó en cercanías del mercado San Miguel. Allí los dos hombres tuvieron una fuerte discusión que incluyó gritos e insultos. A los pocos minutos uno sacó un machete y el otro se armó con un cuchillo de carnicero y comenzaron a agredirse.
La pelea llamó la atención de los transeúntes debido a que los agresores se arrojaron frutas y otros objetos, según contó una mujer que trabaja en una de las ferias ubicada sobre la cuadra frente al mercado. Rápidamente, uno de los hombres comenzó a perseguir al otro hasta llegar a la esquina de Mendoza e Ituzaingó, a una cuadra de donde se había iniciado la pelea.
Según la testigo, que trabaja en la zona hace varios años y pidió resguardar su identidad por temor a represalias, la trifulca -cuyos motivos no trascendieron- se hizo más intensa hasta que uno de los involucrados (ambos mayores de edad) fue herido con el machete en la oreja.
Carreros detenidos
Al ver que la violencia iba en ascenso, un vecino llamó al Sistema de Emergencias 911, tras lo cual llegó una patrulla policial. Uno de los fruteros comenzó a correr para huir y se metió en una obra en construcción en Mendoza al 700. Allí fue a buscarlo uno de los policías. Tras encontrarlo en el techo, hubo un forcejeo y ambos cayeron al suelo. Debido a los golpes, fueron trasladados por una ambulancia del Samec al hospital San Bernardo.
El otro carrero fue detenido por la Policía, que en ese momento observó que tenía heridas en el cuero cabelludo.
Según testigos del lugar, los dos hombres son conocidos en el centro salteño por protagonizar este tipo de peleas callejeras. “Uno es Nicolás Alcalaz, a él le dicen ‘el Banana’, y el otro se llama Jesús”, dijo una de las personas que habló con este diario bajo anonimato.
Otra mujer que presenció lo sucedido, reveló que uno de los hombres tiene antecedentes de violencia: hace tres años -contó-, en avenida San Martín apuñaló a un hombre quien tenía un puesto de choripán; en ese momento, la víctima no realizó la denuncia y sobrevivió al suceso.
Para los vecinos y para quienes trabajan en la zona cercana al mercado San Miguel, no es la primera vez que ocurre este tipo de peleas. Es por ello que consideran que “debe actuar la Municipalidad, no sabemos por qué no hace nada, ni qué están esperando. Acá va a morir alguien si esto sigue así”. El mismo reclamo lo extendió a la Policía. Es por eso que el CCM intervino en el asunto.
El sábado, contó la mujer, el dueño de una juguetería de la zona sacó, por precaución, a todos los fruteros que habían parado sus carros frente a su negocio.