Un estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology reveló que un elemento utilizado a diario para la higiene de la cocina desprende al mes billones de partículas de microplástico tóxicas.
Según observaron los investigadores, las esponjas de melamina usadas para lavar los platos, a través de la fricción que se ejerce a efectos de quitar la suciedad de la vajilla, desprenden el material del que están hechas, que podría ser nocivo para la salud.
Cómo afectan las esponjas de melamina a la salud humana
Para ayudar a minimizar la emisión de fibras microplásticas, los investigadores recomiendan que los fabricantes creen esponjas más densas y resistentes al desgaste (Freepik)
El trabajo da cuenta de que la espuma de melamina se compone de polímero de poli (melamina-formaldehído), una estructura de plástico resistente formada en una espuma ligera y suave que posee propiedades sorprendentemente abrasivas, lo cual la convierte en un material ideal para esponjas altamente abrasivas.
Sin embargo, tal como observaron los investigadores, “con el uso continuo, estas esponjas se desgastan y la espuma se descompone en pequeños fragmentos que pueden liberar microfibras de plástico”.
Yu Su, Baoshan Xing, Rong Ji y sus colegas concluyeron que “estas microfibras pueden terminar siendo arrastradas por los sistemas de alcantarillado y, eventualmente, liberarse en el medio ambiente, donde pueden ser ingeridas por la vida silvestre y entrar en la cadena alimentaria”.
“Cada vez que se utiliza una esponja, se desprenden aproximadamente 6,5 millones de microplásticos por gramo, lo que representaría unos 4,9 billones a nivel mundial”, señalaron los investigadores.
Por qué son peligrosos los microplásticos para la salud
Preocupa la aparición de cada vez más evidencia científica sobre la capacidad de los microplásticos para ingresar al organismo (Getty)
Los microplásticos son diminutas partículas de plástico con un diámetro menor a 0,2 pulgadas (5 mm), generalmente generadas como residuos de materiales desechados sin el adecuado tratamiento. Algunas son tan pequeñas que tienen un diámetro de apenas 0,0007 mm. Esto facilita su ingreso al cuerpo humano o animal a través de la inhalación de partículas en el aire o la ingestión, ya sea en alimentos o mediante envases plásticos, utensilios de cocina y cubiertos.
Diversos estudios dieron cuenta de la presencia de microplásticos en el cuerpo humano, ya sea en los pulmones, testículos, o incluso en el torrente sanguíneo y la leche materna.
Asimismo, un estudio publicado en Environment International por investigadores de la Universidad de Birmingham ha proporcionado evidencia experimental directa sobre cómo ciertos aditivos en los microplásticos, específicamente los éteres de difenilo polibromados, pueden penetrar a través de la piel. Según el autor principal de dicho trabajo, Ovokeroye Abafe, “los microplásticos están omnipresentes en nuestro entorno y aún comprendemos poco acerca de los posibles impactos en la salud”.
Estudios confirmaron la presencia de microplásticos en el cerebro, lo que podría aumentar el riesgo de inflamación, trastornos neurológicos o incluso enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson (Getty)
La investigación empleó modelos de piel humana en 3D para simular la exposición a microplásticos durante 24 horas, marcando un hito al ser la primera evidencia de que los químicos añadidos a los microplásticos pueden ingresar al cuerpo a través de la piel y el sudor. Este descubrimiento subraya la urgente necesidad de más investigaciones que expliquen otras vías por las cuales los microplásticos pueden introducir sustancias tóxicas en el organismo, así como estrategias para reducir esta exposición.
Otro estudio histórico publicado en el New England Journal of Medicine vincula los microplásticos y nanoplásticos encontrados en las placas de los vasos sanguíneos humanos con un posible aumento del riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular o muerte.
Investigadores de la Universidad de Viena encontraron partículas de plástico en el cerebro de ratones tan solo dos horas después de que los animales ingirieran agua potable contaminada con plástico. Los autores del estudio advirtieron que una vez en el cerebro, estas partículas podrían aumentar el riesgo de inflamación, trastornos neurológicos y posiblemente enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
Cómo suplantar las esponjas de melamina para la limpieza del hogar
Existen en la actualidad alternativas biodegradables a la esponja de melamina (Freepik)
Respecto al reciente hallazgo de las esponjas, los científicos vieron que aquellas que están compuestas de una espuma más densa se desgastan menos y, por ende, generan menos partículas de plástico.
De allí que para disminuir la contaminación generada por estos productos, los investigadores recomiendan fabricar esponjas más densas, más duras y más resistentes.
Además, aconsejan a los consumidores optar por productos de limpieza naturales que no contengan plástico.
Actualmente existen en el mercado varias opciones de esponjas denominadas ecológicas, no sólo por su cualidad de no desprender microplásticos sino por ser biodegradables, lo que aporta un beneficio extra al medio ambiente.
Existen distintas opciones de yute, de luffa -conocida como esponja vegetal-, de fibras de coco -muy efectiva para retirar suciedad más resistente-, de cobre y también cepillos de madera con cerdas vegetales.