Un Pacto para distraer y atraer

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El presidente Javier Milei anotó su primer triunfo legislativo cuando los diputados decidieron validar la aventura de la Ley Bases y el Paquete Fiscal. Una victoria airosa pero que dejó en el camino 6 meses de inestabilidad, shocks políticos, cambios (víctimas) de Gabinete y una cierta apatía hacia el rumbo que buscaba el presidente. Ambas leyes dotan de recursos al Ejecutivo Nacional para poner sobre rieles toda su impronta libertaria y desreguladora. Por eso ayer fue creado el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, una cartera nueva para el arquitecto del estado libertario: Sturzenegger. Pero más allá de esto, el acto legislativo realmente inauguró el periodo de aceleración de acciones de gobierno.

El presidente Javier Milei anotó su primer triunfo legislativo cuando los diputados decidieron validar la aventura de la Ley Bases y el Paquete Fiscal. Una victoria airosa pero que dejó en el camino 6 meses de inestabilidad, shocks políticos, cambios (víctimas) de Gabinete y una cierta apatía hacia el rumbo que buscaba el presidente. Ambas leyes dotan de recursos al Ejecutivo Nacional para poner sobre rieles toda su impronta libertaria y desreguladora. Por eso ayer fue creado el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, una cartera nueva para el arquitecto del estado libertario: Sturzenegger. Pero más allá de esto, el acto legislativo realmente inauguró el periodo de aceleración de acciones de gobierno.

Pensando de otra manera: la luna de miel se terminó para dar paso a los límites de la paciencia con una gestión que arrastra, por lo menos, varios escándalos en su mochila.

La falla del Ministerio de Capital Humano y la accidentada no-conferencia de prensa de Caputo et al. son sólo dos ejemplos. Cuando pensamos sobre el mercado y lo que supuestamente marca o no marca con sus acciones, no son más que personas ultra informadas que pueden estar de acuerdo o no con ciertas políticas públicas.

El mercado no es un ente unificado, es vivir de expectativas. Y sí la expectativa era ser Irlanda, tiene sentido que el pánico entre en escena seis meses después de asumir. En esta falta de dinamismo de la gestión, en el deseo de desplazar el foco de los problemas del día a día, y en el afán de salir del cerco financiero de las noticias del mercado, el Pacto de Mayo/Julio es estratégico. Es una estrategia conocida, muy útil, y bastante simple la de inventar una épica que pueda hacer dos cosas: distraer y atraer.

El 8 de Julio, en la aliada Tucumán de Osvaldo Jaldo, el presidente leerá un decálogo que reza en su primera oración la épica necesaria de distracción: “Nos los representantes de las Provincias Unidas del Sur, reunidos en San Miguel de Tucumán, lugar de nacimiento de nuestra Nación, ante la mirada del Eterno, en nombre y por la autoridad del pueblo que representamos, declaramos solemnemente que es voluntad unánime de los presentes romper con las antinomias del pasado y refundar el contrato social que dio nacimiento a nuestra querida Patria”.

Creo que algún historiador podría usar esta oración a modo de explicación porque justamente quisimos ser independientes. No solamente no existe la figura de ‘Provincias Unidas del Sur’ en los regímenes legales de la Patria, sino que tampoco hemos de hacer grandilocuencias del ‘Eterno’ para llegar a soluciones mucho más terrenales, como por ejemplo la convivencia democrática sin insultos. Tampoco es necesario ser solemne para declarar lo sano de ‘romper con las antinomias del pasado’, sería mejor enorgullecernos por el pasado de frutos prósperos y ‘refundar’ con una amistad real la política etérea y la calle. Estos puntos breves de antinomia son justamente porque la épica funciona bien: distrae de lo esencial y atrae el debate de lo innecesario.

Es totalmente innecesario desfilar gobernadores y otras fuerzas afines a un pacto que no fue ni consensuado, ni tuvo la participación más importante: la civil. Sí fuese realmente un esfuerzo de refundación, como mínimo, no sería un show, sino un periodo largo de reflexión y con participación amplia, democrática, técnica y estrecha de pluralidad. Entonces sabiendo que el Pacto de Mayo/Julio es una estrategia de distracción y atracción, su contenido deja de ser tan importante en su detalle, pero relevante en su impacto narrativo. Dicho de otra manera: importa como el presidente decida interpretar cada punto que lo que el punto realmente dice. Ya que este Pacto no es fruto de ningún consenso, hay ausencia de criterio de interpretación.

El ‘Eterno’ omnipresente que interpreta es el mismo presidente. Por eso de los 10 puntos originales solo se cambiaron dos: agregar a la educación y sacar la reforma política integral. Básicamente: dejar espacio a la Unión Cívica Radical y no molestar al resto del arco con las reglas del juego electoral, todo a pocos meses de las elecciones del 2025. El presidente y su Gobierno le tienen tan poca fe al decálogo salvavida de la decadencia que la presencia en Tucumán será cuestión de horas, un acto escueto y chocolate caliente. No vamos a ser testigos de una refundación, sino de un evento épico que distrae y atrae, pero no resuelve lo fundamental. Todo esto se dará en un contexto de polarización política extrema con lo que queda de Unión por la Patria y una enemistad cada vez más palpable con el PRO. Entonces, ¿para quién es este Pacto? El contexto dicta la importancia que tiene este momento. Y sin la presencia de los pesos pesados de la política, el fracaso del Pacto de Mayo/Julio está casi garantizado.

Por ejemplo, miremos al contenido de un par de puntos donde el lenguaje se asemeja no a un Pacto pero a una amenaza o “fait accompli”: 2. El equilibrio fiscal innegociable. 3. La reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25% del Producto Bruto Interno. 5. Una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio. 9. Una reforma previsional que le dé sostenibilidad al sistema y respete a quienes aportaron. 10. La apertura al comercio internacional, de manera que la Argentina vuelva a ser protagonista del mercado global. Cuidado. Cuando un Pacto dice textualmente ‘innegociable’, ‘reducción’, ‘reforma’ y ‘apertura’ ya de por sí llega a un resultado sin pasar por el diálogo. Un pacto sin diálogo es un decálogo.

Cuando el presidente cuando haya concluido su discurso también habrá llamado a conformación de un ‘Concejo de Mayo’ que tendrá la responsabilidad de discutir el pequeño y alcanzable objetivo de ‘la refundación de la Patria’. Un Concejo apropiado por el Ejecutivo, saltándose al Congreso, y manejado por el presidente dejará en manos de políticos, empresarios y líderes gremiales lo que le corresponde al votante en su ejercicio pleno de sus facultades democráticas. Pero, el augusto Concejo de Mayo será ideal para distraer y atraer atención a esfuerzos sin impacto, pero con narrativa épica con potencia. Sí nos quejábamos de la Mesa del Hambre, ¿qué diremos del Concejo de Mayo?

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales