Poozeum: el museo de Arizona cuenta la historia de animales antiguos a través de sus heces fosilizadas

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Fragmentos de hueso en excremento fosilizado en un nuevo museo en el norte de Arizona, acertadamente llamado Poozeum (que en inglés sería algo como Museopopó), se encuentran entre las pruebas más pequeñas que indican que el Tiranosaurius Rex casi no masticaba, sino que se tragaba trozos enteros de sus presas.

La muestra es una de las más de 7.000 que se exhiben en el museo que abrió sus puertas en mayo en Williams, sobre la Ruta 66, camino al Parque Nacional del Gran Cañón.

Un letrero del Poozeum presenta una caricatura de T. Rex de color verde brillante sentado en un inodoro para llamar la atención entre las luces de neón y la música suave de la década de 1950 que emana de otros negocios.

En el interior, vitrinas llenas de coprolitos —heces fosilizadas de animales que vivieron hace millones de años— se alinean en las paredes. Van desde minúsculos excrementos de termitas hasta un espécimen enorme que pesa 20 libras (9 kilogramos).

El presidente y curador de Poozeum, George Frandsen, compró su primer trozo de heces fosilizadas en una tienda en Moab, Utah, cuando tenía 18 años. Ya amaba los dinosaurios y los fósiles, pero nunca había oído hablar de las heces fosilizadas. A partir de ahí, su fascinación creció.

“Fue gracioso. Fue asqueroso”, dijo Frandsen. Y agregó: “Aprendí muy rápido que podría decirnos mucho sobre nuestro pasado prehistórico y lo importantes que son para el registro fósil”.

Fuente: https://salta.telefe.com/redes