“Aquí solo se habla de la Copa América”, contó en diálogo con El Tribuno. “Mañana voy a la cancha con mi marido Roberto y mis hijos Alejo (15), Salvador (10) y Malena (6). La verdad que es mi primera experiencia en ir a la cancha a un evento tan importante”, señaló.
Los tickets, dependiendo obviamente el sector, rondan los 300 dólares. “Los precios están algo salados, pero vale la pena”, admitió.
Rocío está al frente de un emprendimiento gastronómico especializado en empanadas salteñas y de otras variedades. La messimanía en esas latitudes y el partido ante Perú -en la fecha 3 del Grupo A- dispararon las ventas en su negocio, durante los últimos días.
Hard Rock Stadium
“La Copa me generó más de publicidad porque aquí todo es Argentina. Hasta los mismos clientes que ya tengo me recomiendan con sus amigos o hacen encargos porque recibieron visitas de Argentina que llegaron para ver el torneo”, explicó.
En estos momentos, a la bandera celeste y blanca que conserva con orgullo le estampa en su centro el nombre de Salta, su provincia natal, para hacerla flamear en lo alto de la tribuna.
En la previa al encuentro, los argentinos planean un banderazo por Miami Garden. “Hace poco lleve a mis hijos afuera de la cancha del Inter, pasó Messi y les levantó la mano, no pudimos hacerle firmar la camiseta todavía, pero vamos a concretar ese sueño”, comentó Rocío, quien vive a 25 cuadras de donde reside el astro mundial.
La gastrononía, su pasión
Rocío vive desde hace cuatro años en Boca Ratón, donde lleva adelante un proyecto con el que soñó toda la vida. En Salta trabajaba en un importante comercio y en forma paralela abrió en 2015 un local de comida regional en calle La Florida. Pero el tiempo escaseaba, por lo que la iniciativa quedó trunca. Cuando llegó a EE.UU. renació la idea. Sintió que era el momento y no se equivocó.
En cuanto a los ingredientes para lograr el típico sabor salteño de la empanada, dijo que “prácticamente todas las cosas podemos encontrarlas aquí. Al principio tenía mis temores respecto si el producto saldría como los que hacemos en Argentina, pero finalmente me di cuenta que podía proveerme de las cuestiones esenciales en los mercados latinos”.
La elaboración de empanadas la heredó de su familia. Hizo suya una receta que pasó de generación en generación. “Me crié con mi abuela desde los 3 años. En esa época ella hacía empanadas, locro, humitas, entre otros platos típicos. En aquellos tiempos nació mi pasión por la cocina, que con el tiempo fui desarrollando”, señaló.
Dedica todo su tiempo al emprendimiento y vende sus productos a través de un servicio de catering. También hace empanadas de espinaca y queso, choclo y queso, jamón y queso, fugazzeta, caprese y hawaianas. La variedad es amplia, pero la vedete es siempre la salteña.