No solo se “hizo a los golpes”, como dice la frase popular, sino que construye un gran sueño en tierras lejanas para devolver a su amado Tartagal parte de sus raíces.
Lautaro Jesús Ayala es hoy, a sus 33 años, un entrenador y peleador profesional de judo y de artes marciales mixtas, pero que quizás, por circunstancias de la vida que llevó a su familia emigrar a Jujuy, el futuro le marcó un camino impensado.
“Todo comenzó porque recibía mucho acoso de violencia en la escuela de la villa San Martín, en Jujuy. Quizás por ser el “chico nuevo” los problemas me seguían y así decidí cambiar mi forma de ser y de defenderme”, recordó.
“Llegue a ser golpeado por grupos de 6 o 8 chicos a la salida de la escuela y eso me llevó a tener una necesidad de pelear, lo que terminó convirtiéndose en un estilo de vida y un trabajo”, destacó Ayala.
En ese sentido recordó que “cuando tenía 15 años me formé como judoca en San Salvador y comencé a participar en torneos. Mi sensei me descubrió en un encuentro de “vale todo” (hoy MMA). En esa época me gustaba competir y comencé a perfeccionarme en el judo y en las artes marciales mixtas”.
Pero con el tiempo, las pocas posibilidades lo obligaron a emigrar a México, en donde las ligas de MMA tienen un gran nivel de competición.
“Ya tuvo varias peleas de gran nivel con las reconocidas promotoras mexicanas como Budo Sento Championship, MKC (Martial Kombat Championship) y Predator Championship, como así también en Lux Fight League, una de las ligas más rápidas y con mayor ascenso de Latinoamérica. Es la mayor liga que exporta peleadores a las ligas mundiales, como UFC, Predator o PFL”, reconoció.
La última pelea fue este año con un triunfo frente a Cristian Lunquisga.
Pero, paradójicamente, y tras una visita a Tartagal comienzo de año, donde vive su esposa y su pequeña hija de 3 años, debió recuperarse tras padecer el dengue.
Hoy volvió al gimnasio “Pura Sangre”, en la ciudad mexicana de Guadalajara, capital del departamento de Jalisco, en donde enseña MMA y judo, a la espera, como agente libre, de una nueva pelea profesional.
Pero va por todo. “Para este 2024 tengo programado llegar a una de las ligas mundiales como la UFC, PFL, o ligas de elite y de esa manera conseguir un título mundial”, destacó.
Y así resaltó que “mis sueños en las artes marciales desde que comencé a los 15 años los estoy cumpliendo. Quise llegar a cinturón negro en judo y lo logré. Y ahora como peleador sé que estoy cumpliendo mi sueño. Con esto mantengo a mi familia y vivo tranquilo. Los sueños se hacen para vivirlos desde el primer momento”.
“Antes trabaja mucho y tenía poco tiempo para entrenar, pero en México estoy haciendo realidad mi sueño de poder entrenar más y pelear para vivir. Ahora quiero ser también boxeador profesional”, resaltó.
Además estudia acupuntura y masoterapia deportiva, para siempre estar ligado al deporte y pensando en el “reposo del guerrero”, buscará tener su casa y el propio gimnasio en Tartagal, la tierra que lo vio nacer y abrirse al mundo.