Concretamente hay dos temas salientes que deben pasar velozmente por el Congreso: el primero es el proyecto de ley de Movilidad Previsional y luego la renovación del impuesto PAIS. Cuando la inflación va en ascenso, la actual fórmula aprobada en los primeros meses de la gestión de Alberto Fernández es una suerte de ajustador fiscal en las sombras. Corre con tres meses de atraso. La recaudación sube mes a mes por la inflación, los haberes no. Ya el gasto previsional sufrió un fuerte ajuste en las gestiones del tridente Guzmán-Batakis-Massa. Y en este primer bimestre. Pero con la inflación en descenso, todo se revierte. Y en el gobierno lo saben a la hora de efectuar las proyecciones fiscales para los próximos 10 meses. La intención de indexar mes a mes las jubilaciones desde abril era un salvavidas fiscal en el proyecto de Ley “Bases”. ¿Y ahora?
Economía ve como prioritario que en las próximas 4 semanas se trate la reforma de la movilidad. De nuevo, el ancla fiscal puede no funcionar sobre un fondo de piedras.
El principal inconveniente es que hoy el clima en Diputados es sofocante, las heridas están muy abiertas. Y las cicatrices no se borran en poco tiempo. Quizás ése fue el tema de la cena del presidente Milei con Cristian Ritondo hace dos días, definiendo la estrategia legislativa con una de las personas que más domina del tema y que más batallas cuenta en su haber en la Cámara de Diputados. Al fin y al cabo, en la gestión de Mauricio Macri tras las 14 toneladas de piedras en el Congreso por la movilidad previsional se pudo obtener el pacto fiscal con las provincias teniendo enfrente al kirchnerismo y a Sergio Massa. Esto requiere que desde el Ejecutivo se vaya hacia una negociación, difícil por cierto, porque en el medio se trata de una ley con impacto político elevado.
En paralelo además es de interés oficial la renovación del impuesto PAIS que vence a fin de año. Se trata de un impuesto que por la simpleza de su aplicación y sucesivas extensiones, fue creciendo como un monstruo hasta representar el 1,5% del PBI. ¿Cómo se lo reemplaza? Si bien falta una eternidad para fin de año, el gobierno difícilmente pueda no recurrir al PAIS y ajustar 1,5% del PBI en un año electoral como es el 2025. Para diciembre, el gobierno debería tener todas las malas noticias ya devengadas y ejecutadas. Pedir nuevos sacrificios ya no será gratis.
Seguramente estos dos temas sagrados en lo fiscal tendrán puntos de conexión. Al fin y al cabo, con que se coparticipe algo del impuesto PAIS puede que se habilite algún voto para indexar jubilaciones con inflación a la baja. Deberán entablarse negociaciones para nada fáciles y con poco tiempo de maniobra. Recuérdese que la intención oficial era que desde abril las jubilaciones estén ajustadas mensualmente por la inflación. Quedan sólo cuatro semanas y media.
Mientras lo político arde, la economía sigue su marcha. Gran parte de las empresas más grandes, ante la fuerte caída de la actividad, están liquidando stocks. Cada sector es un mundo diferente pero la recesión golpea. Los precios siguen desacelerándose en medio de este histórico apretón monetario. Seguramente abril o mayo mostrarán el ansiado dígito mensual de la inflación.
Lo que es dable esperar es la respuesta del kirchnerismo ante la desaceleración de los precios. “Es la paz de los cementerios” dirán, con Axel Kicillof a la cabeza del movimiento pro inflacionario .
Hoy no entra ningún dólar a la Argentina fruto de las restricciones cambiarias imperantes. Por ello la necesidad de que rápidamente se vayan eliminando. El calendario oficial, más allá de las declaraciones de rigor de los funcionarios, es que ello ocurra entre abril y mayo. Por otro parte, los exportadores de soja no liquidarán si hay expectativas de correcciones cambiarias.
Todo es un ajedrez. Los movimientos deben ser muy precisos. Las blancas deben pensar bien las jugadas. Las negras están agazapadas para cualquier contragolpe. Hay que pensar antes de mover las piezas.
No todo es ancla fiscal. Los dólares para inversiones además no sólo esperan a que se haya normalizado el mercado cambiario sino también a que la oposición tenga un pensamiento racional. Nadie invierte a varios años vista si sabe que las reglas pueden cambiar en 2027.
¿Y el FMI? Están avanzando las negociaciones para lograr un nuevo programa con dinero adicional, aunque sea sólo para mostrar en la vidriera del BCRA. La próxima cumbre de Primavera en Washington será decisiva. Surge otro interrogante en este sentido: ¿avalará el gobierno de Biden un nuevo programa? Donald Trump sigue creciendo y ello altera el mapa de decisiones en Washington.
Tiempos difíciles de negociaciones. En el fondo del río puede haber piedras que compliquen el anclaje. No hay tiempo para perder.
Fuente: https://www.cronista.com/