Camila Perissé, símbolo del destape de los 80, falleció a los 70 años

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Bella, sensual e inteligente, Camila Perissé dejó una huella en la actuación. (Foto José Fernández)

Junto a Juan Carlos Calabró en “Abierto día y noche”, películas de Fernando Ayala.

Sobre tablas

Con Tato Bores compartió televisión, teatro y cine. En la foto en “Departamento compartido”, película de Hugo Sofovich.

Camila y Tato Bores (1983) VER VIDEO

En la pantalla

La actriz y vedette, una de las más significativas representantes del destape de la década de los 80 y con un importante recorrido en cine, TV y teatro, falleció este martes a los 70 años en un hospital marplatense como consecuencia de una afección respiratoria, la última dolencia de una serie de problemas de salud que la aquejaron en los últimos años. La noticia fue confirmada en las redes de la Asociación Argentina de Actores Camila Perissé se llamaba en realidad, aunque había elegido el apellido materno para su actividad artística, que abarcó el teatro, series de televisión y películas, a través de los cuales y gracias a una belleza desafianteLa extinta edición local de la revista Playboy la tuvo como habitante de sus tapas y páginas interiores varias veces, a partir del famoso desnudo que protagonizó enuna obra de Mario Vargas Llosa que dirigió Emilio Alfaro en el teatro Blanca Podestá, con Norma Aleandro al frente del elenco.y si bien la dictadura cívico-militar parecía haber superado su sanguinaria faena de 1976 a 1978, había que animarse a, por más que en el elenco figuraran nombres como los de Franklin Caicedo, Adriana Aizemberg, Leal Rey, Rubén Stella, Camila Perissé y Patricio Contreras.A partir de entonces el nombre de Camila Perissé convocaba el morbo y la actriz era perseguida sin tregua por el periodismo farandulero, tanto en Buenos Aires como en Mar del Plata, donde la obra se montó durante la temporada veraniega., quien a los seis años se trasladó a Buenos Aires junto a su familia –su madre, Ana Nieves, fue actriz secundaria en películas de Libertad Lamarque y Hugo del Carril-, y desde la adolescencia encontró en la gran ciudad un foco de cultura que la fascinó.Cursó parte de su secundaria en el Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández, estudió inglés en la Cultural Inglesa, además de guitarra y danzas nativas y cofundó con varios de sus compañeros del Instituto Vocacional de Arte Labardén el grupo teatral independiente Taller de Expresión Popular.Admirada pory por la firme voluntad de incursionar en las artes, integró por un tiempo el Ballet Estable de Joaquín Pérez Fernández –un bailarín español que hizo escuela y falleció en Buenos Aires en 1989-, hasta que decidió que lo suyo era el teatro.Estudió con el joven y ascendente Julio Ordano, con Carlos Gandolfo y con la maestra vienesa, quien antes de refugiarse del nazismo en la Argentina se había codeado en Europa con figuras como Bertolt Brecht, el director y coreógrafo Max Reinhardt y el dramaturgo y guionista Carl Zuckmayer., de Frank Wedekind, junto a un elenco de principiantes que luego lograron fama y un buen pasar gracias a la televisión, entre ellos Luisa Kuliok, protagonista de un comentado “topless” a bordo de una canoa.En teatro se animó a todo: desde secundar a Rudy Chernicoff en “Yo, argentino”, participar como vedette o media vedette en las revistas “Zulma en el Tabarís”, con Zulma Faiad; “La revista del Mundial”, con Joe Rígoli; “El Maipo es el Maipo y Gasalla es Gasalla”, con Gasalla, Enrique Pinti y Claudia Lapacó; o hacer comedia en “Amores míos”, con Thelma Biral, Raúl Aubel y Víctor Hugo Vieyra.Hasta que llegó; fue contratada para compartir cartel con Soledad Silveyra en “Íntimas amigas”, y con Juan José Camero y Eva Franco en “Las mariposas son libres”, que en 1971 había elevado al estrellato a Susana Giménez, dirigida por José Cibrián.En 1993 trabajó en otra obra de Vargas Llosa,, que le valió integrar una terna como mejor actriz en los Premios ACE. Después de eso su carrera teatral se fue dispersando y Camila hizo teatro callejero en Nueva York (1998 y 2000), se presentó en pequeñas salas de provincias, trabajó para grupos de jubilados y geriátricos y, con “Maté un tipo”, de Daniel Dalmaroni, en el auditorio Cendas.Desde el principio su figura había aparecido en numerosas publicidades y la televisión no fue ajena a sus encantos: se la vio en “Tato por ciento”, “Como en el teatro”, “Esa provincianita”, “Viva la risa”, “Desde adentro”, “Zona de riesgo” y “Gino”, su última actuación, en 1996.En la pantalla grande sirvió como anzuelo visual en películas como, “Mi mujer no es mi señora” (1978), con Alberto Olmedo, “Encuentros muy cercanos con señoras de cualquier tipo” (1978), para ambos cómicos; la infantil “Los superagentes no se rompen” (1979), dirigida por Julio De Grazia; yEn 1985 figuró en la dramática “Bairoletto, la aventura de un rebelde”, de Atilio Polverini, y en tres películas donde el cine argentino intentó un “porno-soft” más ridículo que excitante: “Los gatos (Prostitución de alto nivel)” y “Las esclavas”, de Carlos Borcosque (h); y “Las lobas”, de Aníbal Di Salvo.Hubo otros títulos, pero las revistas de la farándula atisbaban la vida particular de Camila como si no pudieran, por lo que fue vinculada con personajes de la vida artística, política y deportiva; pero ella prefirió aquerenciarse en lugares apacibles y provincianos como Lobos o Pergamino. Sus problemas eran más graves de lo que el periodismo creía y tenían que ver con sus adicciones.Realizaba programas de radio al tiempo que trataba de alejarse de adicciones que inevitablemente la llevaron al colapso físico y mental; hasta que conoció al músico Julio “Chino” Fernández, cuatro años menor que ella, un hombre que fue feliz y sufrió a su lado –incluso con gravísimas carencias materiales, según él mismo relató- y la acompañó hasta sus últimos minutos.Los últimos años de Perissé estuvieron signados pordesde que fue diagnosticada con fibromialgia en 2018, por la que le recetaron una medicación que le dejó como secuela un grave daño cognitivo. Durante la pandemia fue internada en varias oportunidades por Covid-19, y desde entonces su estado de salud era muy frágil.

Fuente: https://www.telam.com.ar/economia