Quintela paga sueldos con cuasimoneda y contribuye al ajuste de Milei licuando salarios

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El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, decidió pagar el treinta por ciento de los sueldos de estatales con un bono provincial. La decisión de ser la primer provincia que vuelve a emitir cuasimoneda exacerbó la pelea pública con Milei, que lo chicaneó desafiándolo a ver a que paridad cotiza con el peso cotiza su bono.

Pero si se mira más de cerca la decisión de Quintela es una enorme contribución a la busqueda del equilibrio fiscal que ensaya Milei y que tiene como principal medida de ajuste la licuación de salarios, deudas y jubilaciones por la inflación.

En el mercado no se dejaron engañar por los fuegos de la supuesta pelea de Quintela con Milei y distintos analistas interpretaron que la medida colabora con las metas fiscales del libertario. La Rioja destina más del 60% de sus recursos a pago de empleados y proveedores. Y lo que ocurre es que el valor nominal de los bonos como medio de pago circulante pierde un porcentaje de su valor. A modo de ejemplo, el almacenero que acepte los bonos, posiblemente lo haga a un precio menor que su nominalidad.

“Pagar empleados y proveedores en cuasimonedas es una manera de licuar su déficit fiscal, porque manifiesta la confianza sobre ese emisor del manejo de sus cuentas”, explicó el economista Claudio Zuchovicki. Alivia además la carga de Nación que se libera de enviar esos fondos.

Los salarios riojanos serán sometidos así a una doble licuación: la de la inflación y la del descuento que el mercado le aplique a los bonos que integran parte de su sueldo.

Quintela consiguió este martes la habilitación de la Legislatura provincial para emitir el equivalente a 25.500 millones de pesos para el pago de salarios de los trabajadores públicos. La “cuasimoneda” denominada “El Chacho” en homenaje a Angel Vicente Peñaloza, caudillo riojano asesinado por las fuerzas mitristas el 12 de noviembre de 1863.

Pagar empleados y proveedores en cuasimonedas es una manera de licuar su déficit fiscal, porque manifiesta la confianza sobre ese emisor del manejo de sus cuentas.

“La moneda funcionaría con un porcentaje en efectivo y un porcentaje en bono. Esos bonos se los recibe la provincia para el pago de los servicios, impuestos y tasas. En cuanto al comercio hay que acordar con la Cámara de Comercio para que reciba esta moneda como forma de pago”, explicó Quintela.

Las cuasimonedas pueden generar un pataleo del FMI que históricamente rechazó el instrumento, pero un economista que sigue las negociaciones con el organismo explicó a LPO: “Desde lo fiscal las cuasimonedas contribuyen a cerrar el deficit. No van a oponerse de manera seria”.

Por estas razones no llamó la atención que Milei avalara la propuesta. El Presidente eludió criticar las cuasimonedas, y las tomó como un reconocimiento a su prédica de campaña por la libre competencia de monedas. Pero aclaró que las suerte de estas monedas provinciales dependerán exclusivamente de la reputación de las provincias que las emitan.

“Bienvenidas las monedas provinciales a la competencia, las cuales, les quiero señalar, a diferencia de lo que pasó en el pasado, de ningún modo van a ser rescatadas por el Gobierno nacional”, celebró no sin cierto sarcasmo. Además opinó que no habría inflación en pesos, aunque sí en la propia moneda provincial, porque perdería valor de mercado si el gobernador no generase la confianza suficiente como para garantizar la aceptación de ese bono.

Según un informe de la Fundación Mediterránea otro riesgo asociado a esta emisión es que las empresas privadas de la provincia tendrán un encarecimiento real a la hora de pagar impuestos nacionales, porque deberán cambiar la cuasimoneda riojana por pesos para entregarle a la AFIP. En esa conversión, también sufrirán un descuento.

La Fundación Mediterránea advirtió que las empresas de La Rioja tendrán un encarecimiento real a la hora de pagar impuestos nacionales, porque deberán cambiar la cuasimoneda riojana por pesos para entregarle a la AFIP y en esa conversión, también sufrirán un descuento.

La cuasimoneda es un recurso ya usado dos veces en la historia argentina, una por Carlos Menem en 1989 y la otra a partir de la crisis de la convertibilidad .

“Funcionó perfectamente, porque el respaldo son los fondos que ingresan diariamente por coparticipación federal”, argumentó el ex diputado Jorge Yoma en defensa de Quintela y agregó que la regla para no sufrir la desvalorización de la cuasi moneda es no emitir más del 30% del recurso que ingresa.

Como sea, la crisis de la convertibilidad dejó un saldo de USD 8.200 millones en papelitos que llegaron a representar el 25% de la base monetaria. Los patacones, lecor, federales, cecacor, bocade, petrom, cemis, huarpes, quebrachos, boncafor y otros nombres extraños en que los argentinos cobraron sus sueldos entre 2001 y 2002. Todas fueron rescatadas por el gobierno nacional en 2003 al valor nominal, para beneplácito de apostadores que las habían comprado a un precio mínimo, de aproximadamente el 20% de su denominación.

Fuente: https://www.lapoliticaonline.com