Don José, a sus 90 años, sigue fabricando sonrisas para chicas y chicos

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José y la alegría de un niño al que ayudó a armar y a pintar su avión en un evento benéfico. No tiene precio.

Flocco en plenas tareas de carpintería, en el armado de los juegos. No se sienten los casi 91 años.

Una postal del evento benéfico realizado en la localidad bonaerense de Castelar.

José y Fiorella, una relación laboral y también de amistad.

Sonrisa y felicidad de una nena con su avión.

“No usamos clavos ni tornillos, es fundamental que no tenga nada de eso para que los juegos sean seguros. Todo va encastrado y encolado” José Flocco

José posando con el cartel que le hizo Fiorella con todas sus pasiones, cuando cumplió 90 años.

Se jubiló en 1993 y muchos pensarían que entraba en la curva de su vida y ya había hecho todo. Pero estaban equivocados. Recién estaba comenzando, o quizás, se estaba reiniciando.José Flocco tiene 90 años, el 14 de enero cumple 91, y está más activo que nunca. Más allá de que sale en bicicleta todos los días, hizo yoga durante mucho tiempo, se recibió de apicultor, realizó cursos de panadería, computación y huerta orgánica, tambiénSu ingreso en esa fábrica de la localidad bonaerense de Ituzaingó fue, como ocurren muchos acontecimientos de la vida, de casualidad. “(la dueña de la empresa), le cuenta José a Télam el comienzo de la historia, que luego también se transformó en una amistad, más allá de la relación laboral, con Fiorella Mucholi, la emprendedora de 35 años que le dio trabajo.”Como yo vivía a la vuelta de la fábrica, me venía bien ir. Pero al poco tiempo ella se mudó (a 10 minutos de viaje) y me queda más lejos así que ya casi no voy, ella me trae el trabajo a mi casa y yo le armo lo que me pida.”, narra este hombre también amante de la pesca, de las bochas, del vino y del automovilismo, sobre todo hincha de Chevrolet.Oriundo de la ciudad bonaerense de Saladillo, José cuenta un poco sus orígenes: “Yo tenía una cosechadora cuando era joven. En el ’57-’58 hubo una inundación muy grande en Saladillo e íbamos a estar años parados; entonces en 1960 me vine a Buenos Aires y empecé a trabajar en una fábrica del rubro hasta 1993, año en el que me jubilé”. Y en el medioLa emprendedora Fiorella comenta que “José se llevaba para armar, lijar, pegar, y lo hacía rapidísimo, en el mismo día, y yo cada vez le llevaba más.”, explica Fiorella con cierta admiración.Un evento que le quedó marcado a fuego a José fue el que se realizó en abril del año pasado, en el Club Castelar,que se denominó: “Armá tu juguete”. Junto a Fiorella llevaron todas las piezas para construir 45 aviones de madera y que fueran los propios niños quienes pusieran manos a la obra. José dio una pequeña instrucción y luego los ayudó a todos a terminar el juguete, que después fue pintado a gusto por cada uno., cuenta el hombre que vive con su señora y tiene dos hijos, un nieto y una nieta., narra José sintiéndose muy parte del proyecto que ideó Fiorella, que nació en plena pandemia, que incluye además de juguetes, juegos de roles y escenografías.Casas de muñecas, cocinas, autos, aviones, dinosaurios, toboganes y más juguetes, todo con madera de 3mm, 6mm, 9mm y 18mm realiza José junto a otros empleados de la empresa, a veces directamente, como en esos eventos, y otras de manera indirecta, ya sea por productos que se venden a todo el país.-El laburo.

Fuente: https://www.telam.com.ar/economia