Luis y Fabiana se fueron a pasar unos días al Uruguay, ese país que para él es su segunda casa desde siempre y que a ella le permite, cada tanto, disfrutar de unos días “sin laburo” de él, algo que para una personalidad tan inquieta y tan movediza como la de Ventura parece imposible. Jornadas al sol, rodeados de verde, con alguna piletita y, si se da, también de la playa para tomar unos mates y disfrutar el atardecer mientras se mira pasar la vida.
Donde van Luis y Fabiana también está Antoñito, el hijo de los dos, el sol que ilumina sus días, el faro que los lleva adelante y que de alguna manera también los unió mucho. Al nene le gusta jugar, pasarla bien, aprender, pasar tiempo con ellos. Mejor, que lo dejen disfrutar. La vida se encarga sola de traer problemas, complicaciones y penurias como para arruinarle estos tiempos de infancia. Ahí la vida también es un relotito suizo, pero un relojito suizo maldito.
Fabiana, Luis y Antoñito -perdón, Luisito, pero corresponde nombrarla a ella primero porque se las bancó todas como una leona- se alojaron en un hotel de lujo y con todas las comodidades. Hasta una piscina tan inda que daban ganas de quedarse a dormir arriba de un colchón flotante. A él se lo conoce bien y prefiere la cosa sencilla y tranquila, serena y sin estridencias, silenciosa y poco ostentosa, pero un par de días en el paraíso no le vienen mal a nadie.
LUIS VENTURA APROVECHO SUS VACACIONES PARA BLANQUEAR CON FABIANA LIUZZI
“Unos días reparadores en Terraza del Mar, en el paradisíaco Portezuelo… Paz y playa a todo descanso. Gracias a los responsables de este rincón natural ¡¡¡Toñito la rompiooooó!!!” exclamó Venturita, desbordado por la felicidad, en sus redes sociales.
Fabiana también subió fotos y videos en el mismo lugar. En algunas está ella, en otras su nene, en otras los dos juntos, y también está Luisito. No hay de los dos juntos, pero no hace falta. En el mundo de la virtualidad hay gestos que hablan mas que mil palabras, y señales que dicen más que mil gritos sin demasiado sentido. Y si a Juariu le alcanza con que coincidan dos paredes para decir que una pareja está confirmada, con esto cualquiera se hace un picnic. Que viva el amor.
Fuente: https://www.paparazzi.com.ar/