El crimen de Santa Teresita contado por los testigos: “El que tenía una punta le gritaba que lo iba a matar”

0
57
El crimen de Tomás Tello en Santa Teresita: las imágenes del ataque en la playa

Los testigos del crimen de Tomás Valentín Tello Ferreyra (18), los que estuvieron con él esa mañana trágica de Año Nuevo y los que no, pero vivieron y contaron lo que pasó; son pieza clave del expediente del fiscal Pablo Gamaleri, a cargo de investigar el homicidio que estremece a la localidad balnearia de Santa Teresita. Infobae accedió a lo que contaron, relatos dramáticos y duros en los que describieron “la punta” -arma homicida- que portaba el asesino del adolescente de 18, que uno “le pegaba con un ladrillo” y cómo la remera de la víctima “comenzaba a llenarse de sangre”.

Te puede interesar: El video clave del crimen en Santa Teresita: botellazos, gritos y una puñalada mortal

Ese 1° de enero pasado a las 7 en el muelle de Calle 38, Tomás no estaba solo. Su primo, la novia de ese joven y otras dos personas lo acompañaban. No se darán sus nombres para preservarlos. Todos chicos que no superan los 20 y que vieron cómo hostigaban, apedreaban y mataban al adolescente que trabajaba como albañil. De sus relatos se reconstruye lo sucedido.

Uno de los testigos contó que cuando estaban en la playa se acercó un grupo de jóvenes y reconoció a Damián Kopelian (22), principal sospechoso del crimen, que “vestía con bermuda de jeans y remera de color blanco” y a quien se puede ver en varios de los videos. También identificó a dos más, “de apellido Cejas”. Justamente, el 10° detenido es Diego Cejas (29), quien está acusado como partícipe necesario del homicidio.

Te puede interesar: Crimen en Santa Teresita: el sospechoso de la remera amarilla le pegó a Tomás Tello luego de que lo apuñalaran

Lo cierto es que Tomás, su primo y los otros jóvenes comenzaron a caminar por la playa “para no tener problemas”, pero el grupo “los seguía, los insultaba y les gritaba: ‘Che, párense de mano, vamos a peliar’ (sic) e ‘hijos de putas, los voy a cagar a trompadas, parate de mano’”, según los relatos que dieron ante las autoridades. También les tiraban botellas y vidrios.

El crimen de Tomás Tello en Santa Teresita: las imágenes del ataque en la casa

Así, la patota los persiguió hasta Calle 44 y la playa, donde los interceptó y comenzaron a golpearlos. Ya eran como 10. “Les pinto de la nada eso de pegarnos… Kopelian exhibió una punta”, contó uno de los testigos y la describió como “una hoja de cuchillo de 15 centímetros largo y dos de ancho, de armado casero y que como mango poseía enrollada una tela de algodón de color blanco”. Y agregó: “Le gritaba ‘te voy a matar’”.

Te puede interesar: Los videos de la madrugada de violencia en Santa Teresita antes del crimen de Tomás Tello

Otro testigo dijo que “había un viejito que le pegó a (Tomás) Valentín, que es el padre del del cuchillo”. Se refiere a Avedis Kopelian, de 57 años, preso como partícipe necesario, y padre de Damián.

“Kopelian trató de pincharlo (a Tomás), pero dos amigos lo tomaron por sobre sus brazos, impidieron el ataque y uno de ellos tomó la punta y se la sacó”, completó el relato y dijo que, entonces, comenzaron a correr y que fue en el cruce de Calle 44 y Calle 1 que nuevamente fueron interceptados por la patota.

Tomás Valentín Tello Ferreyra tenía 18 años

“Kopelian y el que tenía los tatuajes en el cuello (¿Roberto Ochoa?) y uno narigón acorralaron a Tomás sobre el sector de una casa y Kopelian volvió a sacar la misma punta y se la clavó sobre el pecho”, reza quizá el testimonio clave del caso, el que lo posiciona a Damián Kopelian como el principal sospechoso del crimen. Detalló cómo lo arrinconaron contra la puerta de la propiedad de Calle 44 donde lo mataron.

Ese testigo continuó su relato y recordó que luego de que lo apuñalaran, otros dos lo seguían golpeando: “El narigón lo tenía con una piedra, amenazándolo. Cuando ya lo habían pinchado y estaba todo ensangrentado y se desvaneció, el otro quedó agrediéndolo y el del tatuaje también”.

Damián Kopelian, el principal acusado del homicidio

Otro testigo acotó en ese contexto: “Había uno que le pegaba con un ladrillo”. Y explicó: “(Tomás) Tello estaba con sus manos entrelazadas a la altura de su pecho. Su remera comenzaba a llenarse de sangre y se desvaneció en el suelo”. Para concluir, lamentándose: “Todos queríamos separar, pero tiraban botellas, entonces, era imposible”.

Los vecinos

Los dueños de la casa donde mataron a Tomás también fueron testigos de lo sucedido. Mientras intentaban que no ingresen a su propiedad, por la ventana vieron parte de lo que sucedía en el patio delantero: “Sentí cuando lo apuñalaron, porque sentí el gemido del chico y empezó a caer un chorro de sangre en el porche”, reveló uno de los ocupantes que alquila esa vivienda a las autoridades.

Y añadió: “Un amigo de la víctima se acercaba como para ayudarlo, pero los agresores no lo dejaban. Lo sacaban a los gritos. Había una chica y trataba de que lo suelten, pero no lo lograba. Incluso, les tiraba piedras desde la vereda”.

El lugar donde mataron a Tomás en Calle 44

La parte más dolorosa del relato de los testigos de la casa de Calle 44 fue cuando contó que llegó la Policía y les dijo a los chicos que “lo recuesten y le presionen el pecho con un trapo o una remera”. Y reconoció: “Él respiraba con dificultad… Antes de que llegue la ambulancia el chico dejó de respirar y yo le grité al policía que le haga RCP… Los amigos, mientras, gritaban que le estaba saliendo sangre de la boca. Cuando llegó la ambulancia, uno de los amigos le preguntó (a la médica) si respiraba y ella le dijo que sí, y se fueron”.

Tomás fue trasladado al hospital de Santa Teresita, donde trabaja su mamá, Samanta. No sobrevivió a las heridas. Le habían dado una puñada en el corazón, según la autopsia.

Por el crimen, además de dos menores de 16 y 17 a los que se les dictó la prisión preventiva, hay ocho mayores de edad presos: los Kopelian, Damián, Avedis y Aran (27); Cejas, Gonzalo Federico Brandán (22); Roberto de Jesús Ochoa (27); Carlos Amestoy (29); y Darío Espinosa Herrera (33).

Todos los detenidos se negaron a declarar (Ezequiel Acuña)

La acusación del fiscal Gamaleri, de la UFI de Mar del Tuyú, es particularmente grave: homicidio agravado por premeditación y alevosía, con la participación de dos o más personas. La única pena posible ante una condena es la de prisión perpetua.

¿El motivo? La víctima no los dejó participar de una fiesta privada en su casa el 23 de diciembre.

Fuente: https://www.infobae.com/america/