Especialistas de Goldman Sachs han calculado que la inflación subyacente, que omite variables volátiles como alimentos y energía, en un conjunto de economías afectadas por la ola inflacionaria post-crisis de Copenhague -incluyendo a los Estados Unidos, Europa y algunos mercados emergentes- se ha situado en un 2,2% anualizado en el trimestre concluido en noviembre.
Los analistas sugieren que para finales de 2024, la inflación promedio en estas regiones debería alinearse o estar muy cerca de los objetivos marcados por la mayoría de los bancos centrales.
Este descenso inflacionario promete impulsar el crecimiento económico de dos maneras principales: aumentando el poder adquisitivo de los consumidores y permitiendo que los bancos centrales reduzcan las tasas de interés .
Especialistas de Goldman Sachs han calculado que la inflación subyacente se ha situado en un 2,2% anualizado en el trimestre concluido en noviembre. (Imagen: archivo)
Michael Saunders, de Oxford Economics -consultado por The Wall Street Journal-, anticipa que la inflación en la Eurozona alcanzará un 1,3% en el último trimestre del próximo año, y un 2,7% en el Reino Unido, mientras que en los Estados Unidos descenderá al 2,2%, de acuerdo con el índice de gastos de consumo personal preferido por la Reserva Federal.
Recientes datos indican que este índice se ubicó en 2,6% en noviembre. Sin contar alimentos y energía, fue de 3,2%, pero solo 1,9% en una tasa anualizada durante los últimos seis meses.
El Banco Central Europeo, la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra tienen como meta una inflación del 2%.
Factores que vienen empujando la inflación a la baja
Los factores que están empujando la inflación hacia abajo incluyen precios de alimentos y energía, precios globales de bienes y políticas monetarias. Sin embargo, la inflación en la eurozona podría disminuir más rápidamente debido a presiones laborales menos rígidas en comparación con EE.UU. y el Reino Unido, que se están aliviando gradualmente.
Este alivio inflacionario representa el reverso de las severas olas inflacionarias recientes. Primero, en 2021, los precios de los bienes se elevaron debido a la interrupción de la producción global y el transporte marítimo, además de una fuerte demanda estimulada por políticas fiscales y monetarias.
Luego, en 2022, la invasión rusa a Ucrania disparó los precios de las materias primas, llevando la inflación a picos históricos. En octubre de 2022, la inflación en la Eurozona alcanzó un máximo de 10,6%.
El 2022 vio también una escasez de trabajadores debido a interrupciones relacionadas con la pandemia. (Imagen: archivo)
El 2022 vio también una escasez de trabajadores debido a interrupciones relacionadas con la pandemia, provocando un aumento en los salarios que impactó en la inflación de los servicios.
La reducción de la congestión en las cadenas de suministro y ajustes en los mercados de energía y materias primas están contribuyendo a la disminución de la inflación y se espera que esta tendencia persista en 2024.
En resumen, una combinación de factores está llevando a una notable disminución de la inflación global, lo que podría resultar en un menor crecimiento económico en 2024 pero evitaría una recesión global, gracias a la moderación en los precios de energía y alimentos y la normalización de las cadenas de suministro.
Fuente: https://www.cronista.com/