Encima, en su primer superclásico de verano, en Mendoza, Fonseca fue la gran figura: con River perdiendo 1-0 (gol de Riquelme), entró justamente por Esnaider y, en tiempo de descuento, clavó el empate con un golazo de tiro libre (la clavó en el ángulo izquierdo del Pato Abbondanzieri). Y hubo más: fue el que definió la serie por penales. Parecía, entonces, que el de River y Fonseca sería un amor de esos intensos.
Nadie imaginaba que dos meses después terminaría dejando el club sin llegar a completar un partido entero. “Los hinchas de River me hacían sentir Dios -recordó alguna vez el propio Fonseca en una nota con AM 890 de Uruguay-. Y me sentía bárbaro. Ramón Díaz, en ese momento, me dice: ‘Yorugua, preparate bien que dentro de un mes empieza la Libertadores'”.
Algunos días después de aquel tremendo debut, le tocó fallar un penal en otro Súper de verano, esta vez en Mar del Plata. Fue la recordada noche en la que los pibes de Boca bailaron 4-0 a River y el partido se suspendió por incidentes. A partir de ahí, todo se hizo cuesta arriba para el uruguayo. Para colmo, cuando arrancó el torneo local, no podía jugar porque su habilitación no llegaba. Y cuando finalmente llegó, no encontró lugar. En la delantera había un juvenil que pintaba bien: Fernando Cavenaghi.
Nicolás Fonseca, con su papá Daniel.
La pelea con Ramón Díaz
“Empezó la Libertadores y jugaban otros. A mí me habían avisado que Enzo, que me había recomendado, no tenía mucha empatía con Ramón Díaz, entonces podía tener problemas. Y así fue. Hasta que al cuarto partido de Copa, que jugamos contra el América en el Monumental, no sé si me puso seis minutos, una cosa vergonzosa. Entonces fui al vestuario y le dije de todo. Le planteé que era un irrespetuoso, que hubiera preferido que me dijera las cosas en la cara, que sabía de la relación que tenía con Enzo, eso de que no había empatía… A su vez le manifesté: ‘Lamento haber perdido estos tres meses y tengo el Mundial dentro de cuatro. Me estás jodiendo la carrera. Así que te vengo a decir que me voy. Estuve 11 años en Italia pero con una diferencia: hice más goles que vos’. Estaban Celso Ayala, Comizzo, que eran todos alcahuetes de él. Y todos los muchachos me decían ‘pegale, yorugua, pegale’. ¡Pero qué le voy a pegar! Es mejor lo que pueda decir que lo que pueda hacer. Te doy una constatación de lo que pienso. Que me forreaste”.
Así terminó la historia de Daniel Fonseca en River. Una historia de solo tres meses.
Así era presentado en River.
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