De la disrupción tecnológica a la necesidad de integración: el futuro de los medios de pago

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En un año de crecimiento sostenido de los medios de pago en Argentina, el avance tecnológico desempeñó un rol fundamental y determinante. El resultado se consolidó en la mejora significativa de la experiencia de compra, tanto para usuarios finales como para comercios.

Una de las tendencias clave para observar, más allá del año 2023, es la integración de la inteligencia artificial y la biometría en los distintos puntos del proceso de pago. Ambas soluciones nos interpelan y desafían. Impulsarlas, bajo los términos de seguridad debidos, puede representar un avance sustancial en cualquiera de las soluciones a ofrecer.

Desde la llegada de las tarjetas de crédito, débito y prepagas, hemos recorrido un continuo camino de mejoras que incluye: el chip, el nacimiento del e-commerce, la tokenización de las transacciones, las billeteras digitales y el QR, hasta llegar hoy a la metodología de pagos sin contacto (tap to pay). Es mucho lo que se ha hecho, pero todavía hay mucho por hacer.

La biometría, por ejemplo, ya es una realidad en los cajeros automáticos y la huella dactilar comienza a perfilarse como el modo más seguro de acceso a las cuentas, sin necesidad de una tarjeta. Si este cambio, que parecía lejano, hoy está entre nosotros, ¿Por qué no pensar también en los factores biométricos como un método de identificación en el punto de venta?

Se vienen tiempos de innovación, integración y experimentación en un contexto donde el escenario es aún más prometedor. El desarrollo del ecosistema es continuo. Para el año 2025, a nivel global, se espera un crecimiento de las transacciones con medios electrónicos y digitales del 81% versus 2020. Para los siguientes cinco años se espera un 61%, lo que representa una tasa anual compuesta de más de dos dígitos.

Si consideramos la región, en Latinoamérica y el Caribe el crecimiento rondará el 11% anual. Al mismo tiempo, en Argentina, 2023 nos muestra un crecimiento en términos reales superior al 10%, y vemos esta tendencia acentuándose en los próximos años.

Dadas las circunstancias, pensar en grande es posible. El futuro de los pagos avanza sin descanso hacia la digitalización. El potencial es enorme y hay lugar para la convivencia entre el QR digital, el QR físico y la experiencia de pago sin contacto. Ante este escenario, la interoperabilidad comienza a delinearse como una necesidad fundamental. Todas las billeteras deben operar sobre todos los aceptadores de pagos, y todos los aceptadores de pagos deben aceptar todas las billeteras para generar un sistema abierto que, entonces sí, podrá expandirse exponencialmente.

Revolucionar el ecosistema está a nuestro alcance. Mejorar la experiencia de usuarios y comercios es posible. Se trata de avanzar firmes, con el objetivo claro de hacer más simple el día a día de las personas.

Fuente: https://www.cronista.com/